La
ciudad de Asís se encuentra sobre una colina, en la región central de Umbría.
Es una de las ciudades italianas más visitadas por los peregrinos cristianos
católicos de los cuatro puntos cardinales de la Tierra; los cuales convergen
todos los días del año (excepto el presente 2020, debido a la pandemia de la
COVID-19) hacia la Basílica Patriarcal de San Francisco, para visitar la tumba
del ´´varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís´´. En
este año, los ojos del mundo católico volvieron su mirada hacia esa bellísima
basílica; en esta ocasión, no para contemplar la tumba del pobrecillo Francisco
de Asís, sino para seguir a través de los medios de comunicación y redes
sociales la ceremonia de beatificación del venerable Carlo Acutis.
En la mañana
luminosa del 10 de octubre, mes de las misiones y del santo rosario, bajo el
bellísimo cielo franciscano, fue beatificado Carlo Acutis, el jovencito
italiano llamado el ´´ciberapóstol de la Eucaristía´´. La ciudad de Asís fue el
escenario en el que se realizó la ceremonia solemne de beatificación del venerable
Carlo Acutis; y desde la cual escuchamos la fórmula de beatificación que lo
proclamó bienaventurado, que está gozando de las delicias del Paraíso y fue
inscrito en el catálogo de los beatos de la santa Iglesia católica y
apostólica. La ceremonia de
beatificación fue presidida por el cardenal Agostino Vallini, delegado del papa
Francisco. En su homilía, el cardenal Vallini subrayó lo siguiente en la vida
del nuevo beato: ´´Era un joven normal,
sencillo, espontáneo, simpático, amaba la naturaleza y los animales, jugaba
fútbol, tenía muchos amigos de su edad, se sintió atraído por los medios
modernos de comunicación social, apasionado por la informática y autodidacta
construyó programas para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza.
Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo´´.
El
beato Carlo Acutis fue un verdadero genio de la informática. Usó esa habilidad
para evangelizar y difundir el amor a la eucaristía y el santo rosario. Profesó
una gran devoción a la Virgen María, la cual se reflejó en las flores que
llevaba a María de niño y en el rezo del santo rosario diario. Realizó
exposiciones sobre los ´milagros eucarísticos´ y las ´apariciones marianas´.
¿Qué es un milagro eucarístico y una aparición mariana en verdad? ¿Por qué le
llamaron tanto la atención estos milagros y apariciones a Carlo Acutis?
Nuestro
Señor Jesucristo instituyó por amor a nosotros la Santísima Eucaristía, para
perpetuar de modo singular por los siglos, hasta su segunda venida, el santo
sacrificio de la cruz, y alimentar nuestras almas y vidas para la vida eterna,
nos ha enseñado sabiamente nuestra madre la Iglesia. En la Última Cena, Nuestro
Señor Jesucristo ofreció aquel día, el Jueves Santo, en el Cenáculo, el mismo
sacrificio que iba a ofrecer poco horas más tarde en el monte Calvario, también
conocido como el Gólgota. Con las memorables palabras de ´´HACED ESTO EN MEMORIA MÍA´´, Jesús dio a sus apóstoles y a sus
sucesores el divino poder y sublime mandato de repetir aquello mismo que Él
había hecho: convertir el pan y el vino, en su Cuerpo y en su Sangre, hecho que
la Teología de la Iglesia llama la transubstanciación. En cada eucaristía de
cada día, se repite este magnánimo y trascendental hecho. La presencia de
Cristo Jesús en la Eucaristía está avalada por los milagros eucarísticos y la
misma ciencia, pues esta ha comprobado que la Carne y la Sangre son
verdaderamente humanos, que están vivos y son del mismo grupo sanguíneo
encontrado en el Santo Sudario de Turín. Hecho también comprobado por la
ciencia. Carlo Acutis sabía muy bien esta gran verdad de la presencia real de
Nuestro Señor Jesucristo en la Hostia Santa. Sabía en su fe adulta (hay gente
adulta con fe infantil, y hay gente joven con fe adulta…), que la santa misa es
la renovación y perpetuación del sacrificio de Cristo en la Cruz, y que en cada
misa se actualiza ese sacrificio porque es un ´´memorial´´ de la Pascua del
Señor. El acto más grande, más sublime y más santo que se celebra en toda la
Iglesia católica todos los días, exceptuando el Viernes Santo, sobre la faz del
globo terráqueo, es la celebración de la eucaristía. Los milagros eucarísticos
más conocidos y que llamaron poderosamente la atención del jovencito Carlo
Acutis, son: Lanciano, Orvieto, Ferrara, Offida, Siena, Turín. Carlo Acutis
decía lo siguiente sobre la eucaristía: ´´La
Eucaristía, mi autopista para ir al Cielo´´.
¿Cuáles
mariofanías gustaba leer e investigar el beato Carlo Acutis? Las apariciones
marianas son manifestaciones de la Santísima Virgen María a sus hijos, a
quienes Ella, como Madre amorosa que es, escoge en un lugar y tiempo
determinado. Hay que distinguir, también, las ´apariciones´ de las ´visiones´
(hay visiones sensibles, corporales, imaginativas e intelectuales), pues no son
lo mismo. Cuando oímos hablar de las apariciones de la Virgen María, pensamos
únicamente en las llamadas ´tres grandes´ apariciones marianas: la de Santa
María de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac, en Ciudad de México a san Juan
Diego Cuauhtlatoatzin en el año de 1531; la de Lourdes, Francia, a santa
Bernadette Soubirous el 11 de febrero de 1858; y la de Nuestra Señora del
Rosario de Fátima en 1917, a Lucía dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, estos
dos últimos canonizados por el papa Francisco, el 13 de mayo del 2017, para
celebrar el centenario de la primera aparición y para pedir por la paz del
mundo. En la historia de la Iglesia ha habido otras grandes manifestaciones de
la Virgen María. Las advocaciones marianas preferidas del beato Carlo Acutis eran
Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora de Zapopan,
advocación mariana con mucho arraigo en Jalisco, México, donde Acutis tiene
muchos jóvenes devotos.
Para Carlo
Acutis la Santísima Virgen María era la única mujer en su vida. ´´La Virgen María es la única mujer de mi vida´´,
dijo en varias ocasiones. Él solía repetir que María era su gran amiga y su gran
confidente. Fue bautizado en una parroquia mariana, Nuestra Señora de los
Dolores, en Londres, donde recibió los siguientes nombres: Carlo María Antonio.
El 24 de mayo del 2003, día de María Auxiliadora, recibió el sacramento de la confirmación en la
parroquia de Santa María Secreta. Para él, el rosario era la escalera más
directa y más corta para llegar al cielo. Su viaje a la eternidad lo realizó un
12 de octubre, día de Nuestra Señora del Pilar, gran día mariano, en Monza,
Italia. Tenía tan solo 15 años.
Este
joven beato nos dejó como testamento de vida y amor testimonial varias frases
sencillas y prácticas para amar a Dios y dejarnos santificar por Él. He aquí
algunas de sus frases: ´´Nuestra meta
debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde
siempre el Cielo nos espera´´; ´´¡Cuantas más eucaristías recibamos más nos
pareceremos a Jesús y ya en esta tierra disfrutaremos del Paraíso!´´; ´´No yo,
sino Dios´´; ´´Todos nacen como originales, pero muchos mueren como
fotocopias´´; ´´Estoy feliz de morir, porque he vivido mi vida sin perder un
minuto en aquellas cosas que no agradan a Dio´´; ´´Hay gente que sufre mucho
más que yo´´; ´´¿De qué sirve ganar mil batallas si no puedes vencer tus
propias pasiones? La verdadera batalla tiene lugar dentro de nosotros mismos´´;
´´No hablo con palabras, solo me recuesto sobre su pecho, como San Juan en la
Cena´´; ´´Lo único que tenemos que pedirle a Dios, en oración, es el deseo de
ser santos ´´;´´Pide ayuda continuamente a tu ángel de la guarda. Tu ángel de
la guarda tiene que convertirse en tu mejor amigo´´; ´´La vida es un regalo
porque mientras estemos en este planeta, podemos incrementar nuestro nivel de
caridad´´; ´´Solo los que hagan la voluntad de Dios serán verdaderamente libres´´.
El papa
Francisco, al finalizar el rezo del Ángelus el domingo 11 de octubre del 2020, recordó
al beato Carlo Acutis con estas palabras: ´´Ayer,
en Asís, fue beatificado Carlo Acutis, un chico de quince años, enamorado de la
Eucaristía. No se instaló en una cómoda inmovilidad, sino que comprendió las
necesidades de su tiempo, porque en los más débiles vio el rostro de Cristo. Su
testimonio indica a los jóvenes de hoy que la verdadera felicidad se encuentra
poniendo a Dios en primer lugar y sirviéndole en nuestros hermanos,
especialmente en los más pequeños. ¡Un aplauso al nuevo joven Beato!´´. El
25 de
marzo del 2019, en la Exhortación apostólica postsinodal Christus Vivit, dedicada a los jóvenes, el papa Francisco también
recordó a Carlos Acutis. Escribió: ´´Es
verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento,
del aislamiento o del placer vacío, pero no se debe olvidar que hay jóvenes que
también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales´´. ´´Es lo que hacía
el joven venerable Carlo Acutis´´.
Carlo
Acutis nació en Londres, Reino Unido, un 3 de mayo de 1991, día de la Santa
Cruz. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, junto a
sus hijos, Francesca y Michele, estuvieron presentes en la beatificación. Es
importante anotar que su familia era muy tradicional, pero no practicante del
catolicismo. Fue su niñera Beata, de origen polaco, la cual era muy devota de
san Juan Pablo II, quien alentó la vida de fe de Carlo Acutis. Antonia, madre
de Carlo, dice de la niñera lo siguiente: ´´Beata
ha sido una de las primeras personas en hablarle a Carlo de Dios´´.
El
beato Carlo Acutis falleció un 12 de octubre, en Monza, Italia, en el 2006. Su
cuerpo está expuesto en el Santuario de la Expoliación en Asís. Se encuentra en
un estado muy íntegro, no intacto, pero íntegro, afirmaron las autoridades
eclesiásticas del lugar. Conserva todos los órganos. Que el nuevo beato Carlo
Acutis interceda por los jóvenes del mundo entero.
¡Carlo
Acutis, ruega por nosotros!