domingo, 31 de marzo de 2019

La Gritería (Colección Santa María)


La Gritería. ¿Qué es la Gritería? Es una fiesta en la víspera de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. Comenzó en el siglo XVIII, con los frailes de la Orden Franciscana, la cual fue instituida a partir de 1857, con monseñor Gordiano Carranza, párroco de la iglesia de San Felipe. La Gritería se celebra en todos los pueblos y ciudades de la República de Nicaragua y en los países donde hay una comunidad importante de nicaragüenses; por ejemplo, en Costa Rica, Honduras, México y Estados Unidos de América. Los fieles católicos y no católicos, recorren el día 7 de diciembre, a partir de las seis de la tarde, los altares adornados con madroño, pastoras, luces navideñas dedicados a la Purísima Concepción de María. Altares bellísimos creados con amor y mucho ingenio a la más bella entra las bellas: la Santísima Virgen María. Los recorren entre cantos tradicionales a la Virgen, cohetes, tiquitracas (juegos pirotécnicos), reparten el brindis o la gorra, que consiste en lo siguiente: cajetas, gofios, bienmesabes, coyolitos, ayote en miel, almíbar, huevo chimbo, caña, limón dulce con banderines de colores y refrescos típicos como chicha y horchata, canastitas de palma, indios, caritas, matracas, collares de maíz, pitos, maracas, chischil, diversos productos y hasta enseres de cocina, como vasos, tazas, panas y platos. Al grito de ´´¿QUIÉN CAUSA TANTA ALEGRÍA?´´, se responde ´´¡LA CONCEPCIÓN DE MARÍA!´´.

¿Cómo surge esta casi tricentenaria tradición popular mariana, única en el mundo? El prestigioso historiador nicaragüense, especialista en la obra de Rubén Darío, el Dr. Edgardo Buitrago (Q.d.D.g.), en su ensayo Las Purísimas: Su forma y sus orígenes´´, nos lo refiere así: ´´Los padres Franciscanos pedían a las familias leonesas (estamos hablando de comienzo del siglo XVIII) que todos sin excepción celebraran a la Inmaculada Concepción. Las personas se encontraban con tantas invitaciones que tenían que recorrer de un rezo a otro encontrándose así por las calles grandes y numerosos grupos de gentes que iban y venían en alegre marcha. Estos grupos se saludaban al encontrarse y lanzaban vivas y entonaban cánticos a la Virgen. Los propios padres Franciscanos iban al frente y le decían a la gente que saludaran con: ¿Quién causa tanta alegría?, para que otros respondieran: ¡La Concepción de María!  Esos recorridos callejeros eran más alegres las noches del siete de diciembre porque era el último día de la novena´´. Así comenzó la tradicional Gritería que, en el día 7 de diciembre, se celebra en toda Nicaragua en honor a la Purísima Concepción de María. Los frailes franciscanos y Mons. Gordiano Carranza, quien recuperó la ´´gritería´´ después de las guerras que azotaron a toda Nicaragua, no imaginaron que ese grito tan lleno de piedad, que comenzó en la ciudad de León, en los históricos templos de San Felipe, donde nace el tradicional grito, y San Francisco de Asís, donde nace la novena, iba a repetirse de generación en generación. Ese grito es, por ahora, una tricentenaria exclamación.

¿QUIÉN CAUSA TANTA ALEGRÍA? ¡LA CONCEPCIÓN DE MARÍA! Es el grito que recorre todos los rincones del territorio nicaragüense, es el grito alegre y emocionado, es el grito llamado ´´AZUL Y BLANCO´´. Es el grito que cuando niños escuchamos en brazos de nuestras madres, de nuestras abuelas, de nuestros padres, que jubilosos cantan alegres a la Purísima Virgen María. Ese grito, todo nicaragüense lo relaciona con luces, gritos con canciones a la Virgen, así lo califica y llama el P. Osvaldo Tijerino, en su breve y bello escrito sobre la Virgen María. Grito, que hasta san Juan Pablo II, en sus dos visitas históricas a Nicaragua (4 de marzo de 1983 y 7 de febrero de 1996), aprendió a gritar.
¿QUIÉN CAUSA TANTA ALEGRÍA?




Inmaculada Concepción de María (Colección Santa María)



Aspectos sobre el dogma de la Inmaculada Concepción de María
En cuanto al dogma de mis amores de la Inmaculada Concepción de María, la Dra. Deyanira Flores nos catequiza sobre qué quiere decir este dogma: ´´Quiere decir que en el instante mismo de su concepción en el vientre de su madre, Santa Ana, María fue preservada de toda mancha de pecado original y fue colmada por el Espíritu Santo con la gracia santificante. En ese momento María fue "como plasmada y hecha nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56), toda pura y bella´´. 

El dogma de la Inmaculada Concepción dice que María, en el instante mismo de su concepción en el vientre de su madre, santa Ana de Belén, fue preservada de toda mancha de pecado original y fue colmada por el Espíritu Santo con la gracia santificante. Así lo afirma solemnemente el Concilio Vaticano II una de sus  cuatro constituciones, la Lumen Gentium, numeral 56.

Este dogma fue definido por el Papa Pío IX, un viernes 8 de diciembre de 1854, con la Bula Ineffabilis Deus. El texto dice así: ´´Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles´´.
En las Sagradas Escrituras, se habla ´implícitamente´ sobre el dogma de la Inmaculada Concepción. Escuchemos el siguientes texto: ´´Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar´´(Gen. 3,15). Este texto nos dice que la mujer, es decir María, está unida al ´Bien´ en la lucha contra el demonio y el pecado. Textos del Nuevo Testamento, como el evangelio de Lucas, la Epístola a los Efesios y el Libro del Apocalipsis, hacen referencia a la Inmaculada Concepción. En el evangelio de san Lucas 1, 28, por ejemplo, se lee así: ´´ Y entrando, le dijo: ´´Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo´´.

Podríamos preguntarnos, en qué se diferencia de nosotros la Virgen María, pues ella también es una criatura. A nosotros Dios nos lava del pecado original, dándonos la gracia santificante, no en nuestra concepción, sino en el momento de nuestro bautismo, que nos hace hijos de Dios. A la bienaventurada siempre Virgen María, Dios la preservó de contraer el pecado original. Evitando así que nunca lo tuviera, ´ni por un instante´, y la llenó de gracia santificante desde el ´´instante mismo de su Concepción Inmaculada´´.
En la historia del desarrollo del dogma de la Inmaculada Concepción de María, ha habido grandes figuras que, antes que la Iglesia definiera este dogma, lo defendieron porque siempre creyeron firmemente que María había sido concebida sin pecado original. Entre estas grandes figuras y glorias de la Iglesia, están: Francisco de Asís, Juan de Ávila, Juan Duns Scoto (quien preparó la base teológica para la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción), Teresa de Ávila, Juan de la Cruz y Alfonso María Ligorio, entre otros muchos. Estos santos que he mencionado, pertenecen a la etapa antes de la proclamación del dogma de la Inmaculada.

Y hasta Martín Lutero, hablando sobre la concepción de la Madre de Dios, dijo: ´´Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original´´.
Uno de los más grandes defensores, indiscutiblemente, fue el franciscano escocés, teólogo y beato de la Iglesia, Juan Duns Scoto, quien defendió que María sí es Inmaculada, o sea sin mancha del pecado original. Escuchemos  cómo el ´Doctor Sutil´, con agudeza, perspicacia e ingeniosamente, defendió el dogma de la Inmaculada.

Lo probó con este famoso argumento, página de oro de la Mariología:
1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? Todos respondieron: Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso para Él.
2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? Todos respondieron: Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.
3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.
Entonces Scoto exclamó:
1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha.
3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace. Así, lo que Dios pensó, lo quiso y lo hizo.
Al terminar de hablar Duns Scoto, fue aplaudido eufóricamente, y todos los allí presentes aceptaron esta verdad.

Se cuenta que este argumento o prueba se le ocurrió al sabio Dun Scotto, al pasar por frente de una imagen de la Virgen y decirle: ´´Oh Virgen Sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de ti´´ (Dignare me laudare te: Virgo Sacrata).

María recibió estas gracias por Dios, porque Ella, María, había sido llamada a la vocación más excelsa que haya recibido ningún ser humano. Esa vocación fue ser la Madre del Hijo de Dios. Para una misión tan especial, una gracia muy especial: llenarla Dios de una santidad única, pues iba a llevar en su purísimo vientre, a Jesucristo, el Santo de Dios, el Redentor de la humanidad entera.

La Virgen María fue redimida por Cristo, que fue concebida como nosotros. Aquí cabe una pregunta incisiva que hacen los que cuestionan el dogma de la Inmaculada Concepción: ¿es lo mismo Inmaculada Concepción que Concepción virginal? Y otra: ¿María fue redimida, sí o no?

Es muy sencillo: Inmaculada Concepción se refiere a la concepción de María en el vientre de su mamá, santa Ana de Belén. La Concepción virginal se refiere a la concepción de Cristo en el vientre de su madre, María. La concepción de María fue normal, por sus padres santos Joaquín de Nazaret y Ana de Belén, como nosotros fuimos concebidos por los nuestros. La concepción de Cristo fue milagrosa, porque María lo concibió por obra y gracia del Espíritu Santo, sin concurso de varón. Nos enseña la Mariología.

La bienaventurada Virgen María fue redimida por Cristo nuestro Señor como todos nosotros. La Redención de Dios en Cristo nuestro Señor, ´engloba´ a todas las criaturas. Nadie, absolutamente nadie, quedó fuera de la redención copiosa que Cristo, entregando su vida por nosotros en la cruz, nos rescató de la muerte y perdición de nuestras almas. La Teología enseña que hay dos maneras de redimir: ´levantando al caído´ o ´evitando que se caiga´. A nosotros, Cristo nos redimió en el bautismo, es decir, ya caídos. Fuimos concebidos con el pecado original, que se borra en el sacramento del Bautismo. En cambio, a la Virgen María, nuestra madre, Dios, en Jesucristo, la redimió   ´evitando´ que cayera. ¿Cómo? El dogma nos dice: ´´en el instante mismo en que fue concebida, fue preservada de todo pecado´´.  En pocas palabras, María fue redimida pero de manera más sublime, porque fue preservada de contraer el pecado original.

¿Qué nos enseña el dogma de la Inmaculada Concepción de María? El dogma de la Inmaculada Concepción nos enseña y recuerda la vocación a la santidad, a la que estamos llamados todos. María es nuestro máximo modelo de santidad después de Cristo nuestro Señor. Ella nos ayuda e intercede maternalmente ante su divino y muy amado hijo Jesucristo, para que luchemos contra el pecado y alcancemos un día el gozo de la patria celestial.

El dogma de la Inmaculada Concepción de María, tiene su historia, que fue desarrollándose poca a poco. Y en la Iglesia,  ha habido grandes figuras que, antes que se definiera este dogma, lo defendieron porque siempre creyeron firmemente que María había sido concebida sin pecado original. Con esta solemnidad nos adentramos en una innumerable cantidad de luces espirituales. Esta gran fiesta de la Iglesia, es celebrada en el mundo entero con mucho fervor y profunda alegría.

















La Asunción de la Virgen María (Colección Santa María)



ALGUNOS ASPECTOS SOBRE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

El 15 de agosto contemplamos el gran amor de Dios en nuestras vidas. Y nuestra mirada se dirige también a Nuestra Señora en su Asunción gloriosa. Es su gran y solemne día. Por eso estamos de fiesta, no hay emplazamiento para la pesadumbre. La Iglesia entera se acicala al celebrar a María en su Asunción gloriosa. Mujer infinita que con su presencia ha iluminado y perfumado el firmamento de la historia de la Humanidad.

¿Qué nos dicen las Sagradas Escrituras, la Doctrina de la Iglesia, los santos, teólogos y biblistas acerca de este dogma de fe mariano?

En esta atmósfera de gracia y santidad que es la celebración del 15 de agosto, nos adentramos en una innumerable cantidad de luces espirituales, bíblicas y teológicas. La Munificentissimus Deus, constitución apostólica con la que el papa Pío XII, definió el dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo, en la fórmula definitoria, dice: ´´Por tanto, después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para acrecentar la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste´´. Y el Concilio Vaticano II afirma sobre la Asunción de la Virgen María, lo siguiente: ´´Terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores´´.

La Dra. Deyanira Flores, de gran proyección cosmopolita, a quien conocemos por sus profundos estudios en Mariología y Teología Sagrada, nos comparte acerca del dogma de la Asunción de María, instruyéndonos con estas palabras: ´´Es la glorificación corporal anticipada de la Virgen María. En otras palabras, es el hecho de que Jesucristo, al terminar su vida en la tierra, se la llevó al cielo en cuerpo y alma glorificándola a su derecha como Reina y Señora de todo lo creado por ser Su Madre Santísima´´.

Ciertamente hemos de reconocer que el dogma de la Asunción de María, es un tema verdaderamente enrevesado. En palabras de Anwar Tapias Lakatt (sectario convertido al catolicismo), el dogma de la Asunción es: ‘’Uno de los temas más complicados para la Apologética Católica (…) No hay un solo texto explícito en la Sagrada Escritura para ello, por lo que un protestante no acepta argumento distinto a esto’’. Tapias Lakatt desarrolló una catequesis sobre el dogma de la Asunción de María, en cinco puntos, a saber: 1. Suficiencia en la Escritura para exponer una verdad. 2. Tipología de María como Arca de la Alianza. 3. Conexión con la Inmaculada Concepción. 4. Análisis del acontecimiento a la luz de la Escatología. 5. Situación de este dogma antes de su promulgación.

En las Sagradas Escrituras, se habla ´implícitamente´ sobre el dogma de la Asunción de María, pues son diversos los textos bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento que apuntan a la enseñanza del dogma. Podemos afirmar, con toda seguridad, que el dogma de la Asunción de María está arraigado en las Sagradas  Escrituras; así lo han interpretado los padres y teólogos de la Iglesia.

El papa emérito Benedicto XVI, indudablemente, es uno de los más grandes teólogos del siglo XX y uno de los hombres más inteligentes del planeta; en su riquísimo pontificado habló sobre este dogma en varias ocasiones con estas palabras: ´´María fue elevada al cielo en cuerpo y alma: en Dios también hay lugar para el cuerpo. El cielo ya no es para nosotros una esfera muy lejana y desconocida. En el cielo tenemos una madre. Y la Madre de Dios, la Madre del Hijo de Dios, es nuestra madre. Él mismo lo dijo. La hizo madre nuestra cuando dijo al discípulo y a todos nosotros: “He aquí a tu madre”. En el cielo tenemos una madre. El cielo está abierto; el cielo tiene un corazón´´.

Grandes santos y beatos de la Iglesia han reflexionado y orado profundamente sobre el dogma de la Asunción de María. San Juan Damasceno, teólogo y escritor sirio, doctor de la Iglesia afirmó: ´´Era necesario que Aquella que en el parto había conservado ilesa su virginidad conservase también sin ninguna corrupción su cuerpo después de la muerte. Era necesario que Aquella que había llevado en su seno al Creador hecho niño, habitase en los tabernáculos divinos. Era necesario que la Esposa del Padre habitase en los tálamos celestes. Era necesario que Aquella que había visto a su Hijo en la cruz, recibiendo en el corazón aquella espada de dolor de la que había sido inmune al darlo a luz, lo contemplase sentado a la diestra del Padre. Era necesario que la Madre de Dios poseyese lo que corresponde al Hijo y que por todas las criaturas fuese honrada como Madre y sierva de Dios´´. Otro gran santo, san Alfonso María de Ligorio, fundador de mi congregación, quien cantó solemnemente las glorias de María, escribió: ´´Jesús preservó el cuerpo de María de la corrupción, porque redundaba en deshonor suyo que fuese comida de la podredumbre aquella carne virginal de la que Él se había vestido´´.

Como cristianos católicos, iluminados por la fe de la Iglesia, creemos firmemente lo que este dogma mariano nos enseña: ´´Que la Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo´´ Y que María, nuestra Madre, ´´no estuvo sujeta a la ley de permanecer en la corrupción del sepulcro ni tuvo que esperar la redención de su cuerpo hasta el fin del mundo´´.

La Iglesia siempre creyó en esta verdad; por ello, iluminada por el Espíritu Santo, vio necesario la declaración del dogma de la Asunción gloriosa

lunes, 25 de marzo de 2019

Santa María del Perpetuo Socorro, Icono de amor Aspectos históricos (Colección Santa María)



Santa María del Perpetuo Socorro, Icono de amor
Aspectos históricos

La relación que hay entre María, la madre del Señor, y los Misioneros Redentoristas, es muy especial y viene desde tiempos memorables. El fundador de nuestra Congregación, el inmenso san Alfonso María de Ligorio, gran santo, y llamado con mucha justicia ´´El Santo del Siglo de las Luces´´, siempre confesó un amor especialísimo a la bienaventurada siempre Virgen María.
Nuestra devoción como Redentoristas a la Santísima Virgen, está íntimamente relacionada a la devoción que san Alfonso profesó a María bajo la advocación de ´Santa María dei Monti´, conocida después como la ´Gran Señora de Scala´ y la ´Madre de los Redentoristas´, invocándola siempre como ´Madre de Misericordia´. Se dice que san Alfonso rezó  largas horas ante la imagen de Santa María dei Monti, pidiéndole a la Madre del Cielo y de Misericordia, que le ayudase para la fundación de un Instituto Misionero consagrado a la evangelización de los más pobres. Contando también con la ayuda inspiradora de la beata María Celeste Crostarosa, ´la santa priora´.
Hoy en día, nuestro Instituto Misionero se caracteriza, entre otras cosas, por su devoción a la madre del Señor, bajo la advocación de nuestra Señora la Virgen del Perpetuo Socorro. Los Misioneros Redentoristas de todo el mundo, nos congregamos  junto a los fieles laicos redentoristas y fervientes devotos de la Virgen, bajo el ropaje de su túnica roja, manto azul marino de forro verde de nuestra Madre la Virgen del Perpetuo Socorro.
En el sagrado icono, imagen o cuadro de la Virgen del Socorro, contemplamos que, aunque Ella aparece de medio cuerpo, Ella en realidad está de pie, como de pie estuvo en el Calvario. Su elegancia espiritual en ese momento fue una gran muestra de su confianza y abandono en los brazos del Padre que iba a resucitar a su Hijo.
La isla de Creta (a esta isla se le conocía como Reino de Candía o Ducado de Candía) es el lugar de origen del cuadro bendito de la Virgen del Perpetuo Socorro. Creta se ubica en el mar Egeo, la más grande situada al sur de Grecia, y la quinta en tamaño en el mar Mediterráneo. La imagen era de culto público y muy milagrosa; se cree, pero no con seguridad, que estaba en una localidad llamada Lassithi, uno de los santuarios más visitados de la isla. El cuadro o el icono del Perpetuo Socorro es una tabla pintada al temple sobre nogal (en Europa es un árbol multiuso que se identifica con el clima y la cultura mediterránea), su tamaño es de 53 x 41,5 cm., nos explica el P. Fabriciano Ferrero. El cuadro de la Virgen como género iconográfico mariano en Oriente, pertenece a las llamadas ´´Virgen de la Pasión´´, de la escuela cretense; en Occidente se le conoce como Virgen del Perpetuo Socorro. 
El cuadro de la Virgen fue robado por un mercader cuyo nombre se desconoce. La historia, que pareciera uno de los mejores cuentos del mundo, la transcribiré del folleto preparado por un equipo de misioneros redentoristas cuya edición estuvo a cargo de Mons. Noel Londoño, obispo de la diócesis de Jericó, Colombia, publicado en Roma en 1997.  La historia dice así: ´´Cuenta una tradición del siglo XVI que un comerciante de Creta (Grecia) robó de una iglesia de la isla una imagen de la Virgen que hacía muchos milagros. La escondió entre su equipaje y se embarcó para occidente. Durante el viaje hubo una terrible tempestad; gracias a Dios, el barco pudo llegar al puerto deseado. Un año más tarde el mercader y la imagen estaban en Roma (…) Pero aquel comerciante se enfermó gravemente y buscó refugio en la casa de un amigo. A la hora de la muerte le descubrió el secreto de la imagen, rogándole que la hiciera colocar en una iglesia. El amigo se lo prometió pero, porque su mujer no quiso desprenderse de la bella imagen, murió también sin haber cumplido la promesa. Por fin, la Santísima Virgen se apareció a una niña de seis años, hija de esta familia romana, y le dijo que comunicara a su madre y a su abuelo que la imagen de Santa María del Perpetuo Socorro debía ser colocada entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán, en una iglesia dedicada al apóstol san Mateo. Dice la tradición que, después de muchas dudas y dificultades, obedeció la madre y, avisados los frailes encargados de dicha iglesia (…) esta imagen de la gloriosísima Virgen fue colocada en el templo de San Mateo Apóstol el día 27 de marzo de 1499´´.   Los Padres Agustinos eran los que estaban al frente de la jurisdicción de San Mateo.
El icono estuvo en dicha iglesia, trescientos años, desde 1499 hasta 1798, cuando el templo de san Mateo fue destruido. El P. Tirso Cepedal, redentorista con gran trayectoria y muy conocedor del tema, nos lo refiere así: ´´El icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro permanece expuesto al público hasta el año en el que la iglesia de san Mateo, al igual que otras 30 iglesias romanas, es demolida por orden de Massena, general de las tropas napoleónicas´´. El P. Cepedal explica a pie de página que este general Massena mandó demoler las iglesias de la Ciudad Eterna, con el pretexto de que amenazaban ruina.
Los Padres Agustinos que permanecieron en Roma después del desastre, se llevaron el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro a la iglesia de Santa María in Posterula. Pero el icono fue un desconocido para el pueblo. Escuchemos lo que nos narra el P. Tirso Cepedal: ´´Consigo llevaron también los Agustinos el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, pero no lo colocaron en la iglesia, en cuyo altar mayor se veneraba ya a Nuestra Señora de la Gracia, sino en el oratorio privado de la comunidad. Allí permaneció durante muchos años desconocida del pueblo e incluso de los mismos frailes, a excepción del H. Agustín Orsetti , único sobreviviente de San Mateo´´. 
El enlace fueron el H. Agustín Orsetti y Miguel Marchi, nombres para la historia y de la historia. Cuando Miguel Marchi visitaba la iglesia de Santa María in Posterula, contaba con trece años de edad y servía como monaguillo en dicha iglesia. Miguel Marchi dejó para la posteridad su testimonio que recibió de una rica tradición en la persona del H. Orsetti. El tesimonio es el siguiente. Dice Miguel Marchi: ´´Doy fe de haber conocido durante trece años o más a un hermano en Bracciano el año 1852 ó 1853, pocos meses después de haber partido de esta ciudad de Roma, a la avanzada edad de ochenta y seis años o más, quien (según me decía frecuentemente), siendo aún muy joven, había tomado el hábito eremítico de San Agustín en la casa de San Mateo; allí había hecho los santos votos y era miembro durante los últimos años de su permanencia en aquel lugar tan venerable(…)Este buen hermano me repetía siempre, con un no sé qué de misterio y con una cierta ansiedad, particularmente los años 1850 y 1851, estas precisas palabras: APRENDETELO BIEN, MI PEQUEÑO MIGUEL: LA VIRGEN DE SAN MATEO ES AQUELLA QUE ESTA ALLI ARRIBA EN LA CAPILLA, NO TE OLVIDES…¡SEGURO! ¡SEGURO! ¿HAS ENTENDIDO, MI QUERIDO MIGUEL? ERA MILAGROSA´´.
Miguel Marchi en el año de 1855 ingresó en la Congregación de los Misioneros Redentoristas, y al ingresar en el instituto religioso, Marchi compartía su testimonio sobre el cuadro milagroso de la Virgen, con emoción y verdadera devoción: ´´Puedo decir de esta venerable imagen de la Madonna de San Mateo, llamada del Perpetuo Socorro, que desde mi juventud hasta el momento en que he entrado en la Congregación la he visto siempre sobre el altar de la capilla interior del colegio de los Padres Agustinos de la provincia de Irlanda, bajo el nombre de Santa María in Posterula, junto al Orso, sin culto alguno, sin ornamentos y casi abandonada; y sin ni siquiera una lámpara encendida, y con frecuencia llena de polvo; allí he ayudado a misa y, con gran atención, la he admirado muchas veces´´. 
Después de un tiempo, tiempo en que el cuadro de Santa María del Perpetuo Socorro permanecía en silencio, sin culto público, en la capilla de la iglesia de Santa María in Posterula, cuando ya el H. Agustín Orsetti, había transmitido a Miguel Marchi, aquel testimonio de amor, sobre el cuadro de la Virgen milagrosa, aparece el personaje del sacerdote jesuita P. Francisco Blosi. Este sacerdote se encontraba en la iglesia del Gesú, en la ciudad de Roma, y en su predicación, bajo las luces del Espíritu Santo, preguntó inquieto dónde estaba el cuadro famoso de la Virgen milagrosa del Perpetuo Socorro. Su sermón lo pronunció el histórico día del 7 de febrero de 1863.
Así predicaba: ´´Vengo a hablaros hoy de una imagen de nuestra Señora, que un día fue célebre por los milagros que obraba, pero que desde hace ya setenta años no da señales de vida; yace, en cuanto yo sé, en un lugar privado, sin culto público y sin aquel concurso de fieles que tuvo en los siglos pasados(…)Estaba en la iglesia de San Mateo en Merulana, y era conocida con el título de Madonna de san Mateo, y, más propiamente, con el de Perpetuo Socorro.
Quiera Dios que, entre tantos como me escuchan, haya alguno que, sabiendo dónde se encuentra actualmente, comunique a quien la tiene escondida desde hace ya más de setenta años´´. 
Después de aquel sermón que pronunció el P. Blosi, pasó un tiempo y sucedió el milagro: el encuentro entre la Virgen del Perpetuo Socorro y sus hijos muy amados los Misioneros Redentoristas. ¿Cómo fue ese encuentro exactamente?, seguramente te preguntarás. Y fue de la siguiente manera.
Los Redentoristas llegaron a Roma y buscaron un terreno para construir la Casa General y así poder estar cerca del Vicario de Cristo, del Santo Papa, porque si hay algo que también caracteriza a los Redentoristas, es el amor y la obediencia al Sumo Pontífice. Compraron un terreno que, por providencia de Dios, resultó ser el mismo donde estuvo edificada la iglesia de San Mateo (que estaba entre las basílicas Santa María la Mayor y San Juan de Letrán, en la Vía Merulana), que había sido destruida años atrás.
Así se cumplió el deseo de la Virgen: que su cuadro debía ser colocado entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Precisamente en ese lugar, el cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro había sido venerado y recibido tantos honores por parte de los fieles durante trescientos años. Los Redentoristas construyeron la Casa General y, con gran asombro, un miembro de la comunidad, el Cronista, descubrió que donde habían levantado su casa-residencia, allí, hace tiempo se levantaba la famosa iglesia de San Mateo, pero lo más asombroso que descubrió este redentorista, fue que en ese templo se veneraba una imagen de la Virgen María con la advocación del Perpetuo Socorro. A partir de ese momento, de ese hecho revelador, comenzó la búsqueda del icono de la Virgen del Perpetuo Socorro por parte de los Redentoristas. Sus hijos buscando a su Madre, y su Madre esperando por ellos.
Después de una gran búsqueda, casi desesperante, que los llevó incluso a una triste desolación sin tener noticias del bendito cuadro, ¡por fin!, dan con el cuadro. Nuevamente aparece en escena Miguel Marchi. Este joven religioso redentorista, que había recibido la tradición oral de parte del H. Agustín Orsetti, escuchó sobre la búsqueda desesperada de sus cohermanos y dio la respuesta e indicó el lugar donde se encontraba el sagrado icono. ¡Alegría! ¡Qué alegría! ¡Los Redentoristas encontraron a su Madre del Perpetuo Socorro y su Madre los encontró a ellos!
El sacerdote redentorista Miguel Marchi hizo una petición de declaración firmada un 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de María en 1865. En esta petición, manifestaba su deseo y el de la comunidad de los Redentoristas, de colocar la bellísima imagen, según el propio deseo de la Virgen, manifestado a aquella niña, de estar entre las dos basílicas: Santa María la Mayor y San Juan de Letrán; y ese lugar era la casa de los Misioneros Redentoristas.
Pero no bastaba la petición del padre Miguel Marchi para obtener el cuadro de la Virgen, había que hacerlo a través de los superiores mayores y altos jerarcas de la Iglesia. Y así fue.
La comunidad recurrió al Superior General, y este al Papa. El P. Nicolás Mauron, superior general de los Misioneros Redentoristas, pidió una audiencia al papa Pío IX, que le fue concedida el día 11 de diciembre de 1865. En dicha audiencia el P. Mauron manifestó al Papa su petición y finalidad para que les fuese dado a los Redentoristas el hermosísimo cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro y colocarlo en la vía Merulana.
El Papa que era muy mariano, devoto de la Santísima Virgen María, aceptó la petición del P. Nicolás Mauron, que según dice la tradición oral redentorista, lo hizo con estas palabras: ´´Dadla a conocer a todo el mundo´´. Frase grabada en el corazón de la familia redentorista.
Después de aquella memorable audiencia entre el sucesor de san Alfonso María de Ligorio y el sucesor de Pedro, siguiendo los pasos correspondientes que manda la Curia Romana, quedan en el calendario de la historia de la Congregación del Santísimo Redentor, las fechas memorables del peregrinaje de la vuelta a casa del icono de la Madonna del Perpetuo Socorro. Vamos a recorrer las siguientes fechas:
*19 de enero de 1866: Con gran emoción y solemnidad, entra el cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro a su nueva y antigua casa, la de los Misioneros Redentoristas (los PP. Bresciani y Marchi, fueron a la iglesia de Santa María in Posterula y llevaron 50 escudos al prior de los frailes agustinos).
*26 de abril de 1866: Sale en procesión solemne y muy concurrida. la bendita imagen del Perpetuo Socorro recorre toda la vía Merulana.
*5 de mayo de 1866: El Papa Pío IX realizó una visita solemne a la Virgen del Perpetuo Socorro.
*23 de junio de 1867: La Virgen del Perpetuo Socorro es coronada por el Patriarca de Constantinopla Mons. Rogerio Luigi Antici Mattei.
Sin duda alguna, como ya hemos dicho antes, pero me gusta repetir, la devoción a la Virgen María bajo la advocación de Madre del Perpetuo Socorro, es la más difundida en todo el mundo cristiano. Es una devoción ´´universal´´. El deseo del Papa Pío IX de ´´dadla a conocer a todo el mundo´´, se ha hecho realidad y sigue realizándose allí donde se encuentra un Redentorista. Sin embargo, hay un gran misterio de amor y muy maternal que rodea a esta bendita imagen; pues es la imagen de Nuestra Señora, Hija de Dios Padre, Madre de Jesucristo Santísimo Redentor, y Esposa de Dios Espíritu Santo, Madre de la Iglesia, Madre nuestra, Madre de la gran Familia Redentorista. Es este misterio inconmensurable, que lleva a la Madre del Señor a ´´darse a conocer´´ por sí misma. Es curioso, en algunos lugares, donde aún no había presencia de los Misioneros Redentoristas, allí, ya estaba su bendita imagen. Tal es el caso de la República de Nicaragua y el resto de Centroamérica.
La difusión a esta advocación, tiene focos de irradiación en distintas partes del mundo. Santuarios dedicados a María bajo este tierno y dulce nombre: Perpetuo Socorro. En toda Europa es conocida la Virgen del Perpetuo Socorro, pues su primera patria fue Grecia, en la isla de Creta. América entera, Insular (Haití está consagrado al Perpetuo Socorro), del Norte, del Sur y Centroamérica, conocen su nombre, hay hermosos santuarios levantados en su honor. En Asia, propiamente en las Islas Filipinas, hay un imponente santuario, el santuario de Baclaran, que desde 1906, se venera al Perpetuo Socorro. África, en ocho de sus naciones se le rinde culto a la Madre del Socorro. Y en Oceanía, Australia y Nueva Zelanda, han acogido con mucho amor al Perpetuo Socorro. En fin, en el mundo entero, existen catedrales, basílicas, santuarios, parroquias, capillas, oratorios, escuelas, colegios, centros pastorales y de misión, donde la veneran como madre y patrona siempre fiel, a la Virgen del Perpetuo Socorro. La devoción crece cada día más y más. Porque las palabras de la misma Virgen María se han cumplido: ´´Por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada´´ (Lc 1,48).
La imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro es un icono (eikón en griego), que significa imagen. Y el icono tiene una característica muy singular según los entendidos del arte sacro: ´´el icono hace presente eso que recuerda´´. El icono es más que una simple representación de lo sacro. El icono es considerado un verdadero altar, que invita a la reflexión, a la oración, a la meditación. El icono nos hace entrar en el misterio que refleja. Un icono es una verdadera ´´catequesis´´, es ´´evangelio´´. El icono es para contemplar y ser contemplados por él. 
Si nos fijamos atentamente en el cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, vamos a contemplar lo siguiente: la Virgen está inclinada hacia el Niño Jesús, a quien acoge con verdadero amor de madre. El Niño, se sostiene de las manos de su amantísima madre, y ve al arcángel Gabriel. Este  porta la cruz y los clavos. El Niño se ve asustado, pues contempla los signos de la Pasión que le espera vivir. Está sobre un fondo de oro, que rodea toda la imagen, surgen cuatro figuras sacras: la Virgen Madre de Dios con el Niño Jesús en el brazo izquierdo y, a los lados, los arcángeles San Miguel y San Gabriel con los instrumentos de la pasión´´.
El arcángel Miguel sostiene otros instrumentos de la Pasión, la lanza, la caña con la esponja y el recipiente que contiene el vinagre. El Niño, asustado, hace un movimiento brusco con sus pequeños pies, y es por eso que se le suelta la sandalita que lleva. Se puede interpretar también que el Niño se despoja de todos sus derechos jurídicos. (‘’Quitarle la sandalia a otro era, en efecto, ocupar su derecho jurídico’’. Mons. Silvio Báez) La Virgen, como madre siempre fiel y buena madre, sostiene firmemente a su hijito del alma, carne de su carne, sangre de su sangre, pedacito de su corazón; sostiene al Hijo de Dios, porque Dios la sostiene a Ella. Pero hay un detalle: la Virgen nos mira, nos contempla, no deja de cubrirnos con su mirada maternal siempre, y así nos sostiene en nuestras luchas de cada día.
Aunque la Virgen aparece de medio cuerpo, Ella en realidad está de pie, como de pie estuvo en El Calvario. Su elegancia espiritual en ese momento fue una gran muestra de su confianza y abandono en los brazos del Padre que iba a resucitar a su Hijo. Su vestimenta es una túnica roja, manto azul marino de forro verde. Lleva una cofia de color azul cobalto que no permite ver su cabello, y le cubre su frente bendita. Se puede apreciar sobre su frente cubierta una estrella dorada de ocho rayos y junto a esta una pequeña cruz en forma de estrella.
Las letras que se contemplan en el icono, tienen el siguiente significado: las que se encuentran en la parte superior del cuadro, significan Madre- de Dios; a la izquierda de quien mira el icono, la inscripción refiere al arcángel Miguel; las de la derecha, sobre la cabecita del ángel, arcángel Gabriel; la inscripción de la derecha junto a la carita del Niño, significa, Jesús-Cristo.
Los colores y rasgos físicos de la Virgen son también una hermosa catequesis en el icono milenario. La boca de la Virgen es pequeña en recuerdo que Ella es la Señora del silencio. Sus ojos son grandes, significa que su mirada nos cubre a todos en todo momento. Su túnica roja representa a las vírgenes del tiempo de Cristo, y el color azul marino, que es una capa, color desgastado, representa a las madres de Palestina; María es Virgen y Madre, pobre y sencilla.
Este icono milenario, tesoro espiritual de la Iglesia y de la Congregación del Santísimo Redentor, tiene su trono en la iglesia San Alfonso María de Ligorio desde 1866, en la Ciudad Eterna, Roma. Esta iglesia se sitúa sobre la hermosa vía Merulana, entre las imponentes Basílicas de Santa María la Mayor y la Catedral de Roma, San Juan de Letrán. Junto a la iglesia, están la Casa General de la Congregación del Santísimo Redentor y la Academia Alfonsiana.
¿Por qué el icono de la Virgen del Perpetuo Socorro fue entregado a los misioneros Redentoristas? Dos razones: divina y humana. La divina es porque Dios en su infinito amor y misericordia así lo quiso, así es de providente nuestro Padre, se fijó en los Redentoristas para que fueran los propagadores de la advocación de su gloriosa Madre Virgen del Perpetuo Socorro. En esta historia como en todas las historias hay un antes y un después. Hay lugares y personajes que el Señor hizo sus instrumentos para hacernos llegar la imagen bendita de su Madre amorosa: Creta, el mercader, el mar, Roma, la iglesia de San Mateo, la iglesia de Santa María in Posterula, el H. Agustín, Miguel Marchi, Francesco Blosi, el Papa Pío IX, los Redentoristas… Y la razón humana, sería, según algunos historiadores, que el Papa vio oportuno el momento de crecimiento del instituto religioso, que se expandía por todo el mundo, a través de las misiones, y el deseo suyo era que la bendita imagen se ´´diera a conocer´´.
También, este Papa era devoto de san Alfonso María de Ligorio, autor del libro ´´Las glorias de María´´, y estimaba con especial sentimiento paternal, a los Misioneros Redentoristas, admiraba las obras del carisma redentorista. San Alfonso es uno de los santos más marianos que hay, amó con locura a Jesucristo y a su Madre Santísima. Aunque él no conoció el icono de la Virgen del Perpetuo Socorro (su devoción a María era bajo la advocación de Santa María dei Monti), seguramente desde el cielo se gozó al ver que en la tierra, sus hijos los Redentoristas, recibían la hermosa misión de dar a conocer por todo el mundo, el nombre de Madre del Perpetuo Socorro en el misterio de su Inmaculada Concepción.
ITINERARIO DEL ICONO DE LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO EN EL MUNDO ENTERO. TOMADO DEL LIBRO DEL P. FRANCISCO CONTRERAS, ´LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO´:
1.         Creta, la patria del icono.
2.         La Tabla de la iglesia de San Mateo.
3.         La Virgen en la iglesia de San Mateo: trescientos años (1499-1798).
4.         Destrucción de la iglesia de San Mateo (1798): cincuenta años de olvido.
5.         Un lazo providencial entre el pasado y el futuro.
6.         Los caminos de la providencia: los redentoristas descubren y reciben la imagen.
7.         Comienzo del culto público (26 de abril de 1866).
8.         El 19 de enero de 1866, los PP. Bresciani y Marchi, fueron a la iglesia de Santa María in Posterula y llevaron 50 escudos al prior de los frailes agustinos.
9.         La Virgen del Perpetuo Socorro es coronada (23 de junio de 1867).
10.       Irradiación universal de la Virgen del Perpetuo Socorro.
11.       La devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro en la actualidad.









Brevísimas notas históricas de la devoción a la Virgen María bajo la advocación del Perpetuo Socorro en Nicaragua, Costa Rica y Honduras (Colección Santa María)


Brevísimas notas históricas de la devoción a la Virgen María bajo la advocación del Perpetuo Socorro en Nicaragua, Costa Rica y Honduras

Devoción a María en mi tierra lacustre Nicaragua, la tierra del inmenso Rubén Darío y de la beata María Romero Meneses. La primera vez que se entronizó una imagen de la Virgen María en Nicaragua, fue un sábado 3 de octubre de 1528, en la plaza de Totoaca (“Pluma de Pájaro”), por el fraile Francisco de Bobadilla, provincial de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. La imagen era la de Nuestra Señora de la Merced. Este dato nos lo refiere nuestro insigne historiador nicaragüense y amigo don Clemente Guido Martínez, en su escrito ´PRIMERA IMAGEN DE SANTA MARIA ENTRONIZADA EN NICARAGUA´. 

Nicaragua es un pueblo mariano por excelencia.  Pueblo en el cual se le tributa a la madre del Señor un amor especialísimo y que celebra, con gran devoción y forma singular, el misterio de la Inmaculada Concepción de María, Patrona de la República de Nicaragua.  En la Arquidiócesis de Managua, en todas las parroquias, llegado el mes de diciembre, cada año, a una hora determinada, se reza el santo rosario, se reedita y se distribuye masivamente la novena de la Purísima Concepción de María, y se preparan catequesis sobre el culto a la Virgen, sobre su función en el misterio de la salvación.  Y no solo la Iglesia entra en esta tarea de divulgar el amor a la Purísima, sino también los medios de comunicación social y redes sociales escritos, radiales y televisivos, antes y durante la novena en honor a la Virgen, presentan especiales sobre la historia de la devoción en Nicaragua a la madre del Señor en su Inmaculada Concepción.  El día 8 de diciembre por decreto de la Honorable Asamblea Nacional, es “Feriado Nacional”.

Al hablar de la devoción a la Virgen en Nicaragua y concretamente en la arquidiócesis de Managua, es necesario narrar cómo llegó la imagen de la Inmaculada Concepción a Nicaragua, y hablar de las “purísimas”.  Hablar de ello, es hablar de lo más querido y sentido por todo fiel cristiano católico nicaragüense.
Según una antigua tradición, fue el capitán don Pedro de Ahumada, hermano de la gran santa Teresa de Jesús, quien entre 1562 y 1563, trajo a Nicaragua, deteniéndose en el Realejo y El Viejo, la imagen de la Virgen María, que con el pasar de la historia ha recibido los siguientes nombres:
Nuestra Señora Inmaculada Concepción de El Viejo, La Purísima, La “Conchita”, La Virgencita.  Así le decimos todos los nicaragüenses.  Esta venerada imagen se encuentra hoy día en la Basílica Menor Inmaculada Concepción de la ciudad de El Viejo, departamento de Chinandega.

Las “purísimas” en honor a la Purísima Concepción de María. En Nicaragua, en los últimos días de noviembre y primeros de diciembre se escucha un grito emocionado: ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María! Es el grito que recorre todos los rincones del territorio nicaragüense, es el grito alegre y emocionado, es el grito llamado “azul y blanco”. Es el grito que cuando niños escuchamos en brazos de nuestras madres, de nuestras abuelas, de nuestros padres, que jubilosos cantan alegres a la Purísima Virgen María.  Ese grito, todo nicaragüense, todo “managua”, lo relaciona con luces, gritos con canciones a la Virgen, con cohetes, con dulces (cajetas, gofios, bienmesabes, almíbar, etc). Lo relaciona con alegría, así lo califica y nombra el P. Osvaldo Tijerino, en su breve escrito sobre la Virgen María. Grito, que hasta Juan Pablo II, ahora santo, en sus dos visitas históricas a nuestro país, aprendió a gritar.  Pero, ¿de dónde proviene o cuál es el origen de ese grito azul y blanco en honor a la más Bella entre las bellas?  El prestigioso historiador nicaragüense, especialista en la obra de Rubén Darío, el Dr. Edgardo Buitrago (Q.d.D.g.) nos lo refiere así:
“Los padres Franciscanos pedían a las familias leonesas (estamos hablando de comienzo del siglo XVIII) que todos sin excepción celebraran a la Inmaculada Concepción.  Las personas se encontraban con tantas invitaciones que tenían que recorrer de un rezo a otro encontrándose así por las calles grandes y numerosos grupos de gentes que iban y venían en alegre marcha.  Estos grupos se saludaban al encontrarse y lanzaban vivas y entonaban cánticos a la Virgen.  Los propios padres Franciscanos iban al frente y le decían a la gente que saludaran con: ¿Quién causa tanta alegría?, para que otros respondieran: ¡La Concepción de María!  Esos recorridos callejeros eran más alegres las noches del siete de diciembre porque era el último día de la novena”. 
Así comenzó la tradicional “Gritería”, que en el día 7 de diciembre, se celebra en toda Nicaragua en honor a la Purísima Concepción de María.  Los Franciscanos no imaginaron que ese grito tan lleno de piedad, que comenzó en la ciudad de León, en el templo de San Francisco de Asís, iba a repetirse de generación en generación. Ese grito es,  por ahora, una tricentenaria exclamación.

María es y será siempre para el pueblo de Nicaragua, ´´causa nostrae Laetitiae´´. Pues Ella, primera cristiana, anuncio y don del evangelio, alegra al pueblo católico, alegra a los nicaragüenses, a los “managuas”.  Esta es una de las vertientes de la piedad popular en la Arquidiócesis de Managua, una forma de expresar la fe y amor a Jesucristo y a su Madre la Virgen.  En esta amada Arquidiócesis, nunca se dejará de escuchar el grito que ya es universal: “¿Quién causa tanta alegría? ¡"La Concepción de María”!

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Nicaragua. Y a Nicaragua, mi país lacustre y amado, ¿cómo llegó la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro y por qué los Redentoristas no consagraron su primera iglesia bajo su patronazgo? Ella, la Virgen, su bendita imagen, llegó antes que los Redentoristas. Los primeros redentoristas que llegaron a nuestras tierras centroamericanas, fueron los PP. Pedro del Palacio y Félix Ruiz de Samaniego, el 13 de mayo de 1927. Y el primero de estos afirma en sus crónicas, que ya en estas tierras estaba entronizado el cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro.

En el caso de Nicaragua, el fundador de la primera comunidad redentorista de Managua, P. José Morán Pan, llegó un 10 de febrero de 1955. Ya existía para entonces, una iglesia que llevaba el nombre de Madre del Perpetuo Socorro. Esta iglesia estaba situada en la zona sur-central de la vieja Managua. Se construyó a principios de 1950. El P. Morán se hizo cargo interinamente de la iglesita de Jesús de La Suspensión, que cayó por antigüedad. El terreno no era propiedad de la Iglesia, pertenecía a la familia Briones, quienes habían prestado dicho terreno para la construcción de la iglesia de La Suspensión, según testimonio del señor Ignacio Briones T. Los Redentoristas compraron a la familia Palacios un terreno cerca de la iglesia de Jesús de La Suspensión. Fue allí donde se construyó la iglesia con el nombre del Santísimo Redentor.

No recibió el nombre de Perpetuo Socorro porque ya existía muy cerca de esta, la iglesia que llevaba el nombre de la Virgen Misionera del Perpetuo Socorro. El 20 de junio de 1958 se colocó la primera piedra de la nueva iglesia redentorista, el 10 de enero de 1960 se bendijo la primera parte del templo, el 5 de abril de 1961 se le concedió el título de parroquia, por el arzobispo Alejandro González y Robleto. El encargado de los trámites para dicho proceso canónico entre la Curia Arzobispal de Managua y la Congregación del Santísimo Redentor, fue el R.P. Valentín Villar Pérez, que en ese tiempo era el viceprovincial (1959-1961). En 1967 fue concluido, en 1972 fue dañado severamente por el terremoto, y el 7 de agosto de 1974 fue demolido. Pero esta parroquia, como toda parroquia regentada por los redentoristas, tiene como protectora a la Virgen María bajo la advocación del Perpetuo Socorro. El P. Santiago Fuentes, redentorista, publicó en 1992 la ´´Historia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, devoción a esta advocación de la Virgen en la República de Nicaragua´´. Obra cuyo título lo explica, habla sobre la madre del Señor bajo esta antiquísima advocación en el pueblo cristiano, mariano y nicaragüense.

La tercera parte de la obra del P. Fuentes, se centra en la devoción que en Nicaragua, en sus diócesis, parroquias, iglesias filiales, asociaciones religiosas, colegios, cooperativas, están bajo la protección de la Virgen del Perpetuo Socorro. Es meritorio decir que el trabajo del P. Santiago, hizo posible tener una mayor información y conocimiento para que el pueblo creyente, devoto del Perpetuo Socorro, conociera cómo llegó la bendita imagen de Santa María del Perpetuo Socorro a la república de Nicaragua. Que como bien dice este redentorista, es muy amada en el país de lagos y volcanes. Afirma el padre Fuentes, que en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el abrasador departamento de Chinandega, en el año de 1920, llegó el icono de la Virgen del Perpetuo Socorro, donado por la señora María Antiote de Galante. Y el Dr. Richard Gómez Centeno, oriundo de Chinandega, manifiesta en sus indagaciones particulares, que antes de 1920, ya existía un bello icono de Santa María del Perpetuo Socorro, en la parroquia del Calvario, que data de 1914.

Hermana república de Costa Rica, donde reina nuestra Señora de Los Ángeles, ´La Negrita´ bella. En esta amada república de Costa Rica, el nombre del Perpetuo Socorro sigue recorriendo el territorio nacional. Su nombre bendito cruza el firmamento de la patria costarricense, y su nombre surca los mares que bañan de cristal las costas de la bella Costa Rica. María es de Costa Rica, y Costa Rica es de María. Como un dato histórico, entre 1930 y 1965, tiempo en que los misioneros redentoristas solamente se dedicaban al trabajo del apostolado misionero itinerante, se predicaron alrededor de 700 misiones en distintos lugares de las provincias de Costa Rica (San José, Alajuela, Heredia, Cartago y Guanacaste), llevando a esos lugares la Palabra de Dios y el sagrado icono de la Virgen del Perpetuo Socorro

Hoy por hoy, los focos de irradiación socorrista en Costa Rica los encontramos en tres puntos donde se encuentran los misioneros redentoristas: Postulantado ´San Clemente´, en San José, la capital; Equipo Misionero (EMICAR), que recorre el territorio nacional predicando la ´redención copiosa´ y dando a conocer el sagrado icono del Perpetuo Socorro; y en la parroquia y santuario Santo Cristo de La Agonía, desde 1927, los misioneros redentoristas que han servido en esa parroquia, han dado a conocer el dulce nombre del Perpetuo Socorro. En los años de 1960, encontramos una Archicofradía del Perpetuo Socorro bien fortalecida y entusiasta. Y así, los Redentoristas podemos decir: ¡Misión cumplida!

La Virgen del Perpetuo Socorro en la república de Honduras. Las primeras noticias que tenemos sobre la devoción de la Virgen del Perpetuo Socorro en Honduras, las recibimos del padre Valentín Villar, (Q.d.D.g.), citado en uno de los libros del padre Roberto Bolaños. 56  En su escrito sobre la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro  y  extensión a su devoción entre 1928-1966, afirma que la primera ciudad en la que se estableció el culto público a la Virgen del Perpetuo Socorro, fue en Comayagua un 21 de octubre de 1928.  Colocándose el bendito cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro en la iglesia de San Francisco; entre 1928 y 1929, predicaron misiones los PP. Misael Abia y Valentín Martínez; este en 1949, fue nombrado como primer párroco de la iglesia de Los Dolores.
En Tegucigalpa, capital de Honduras, se estableció la Archicofradía del Perpetuo Socorro, en la iglesia de Los Dolores,  el 28 de junio de 1931, y la primera novena se predicó al año siguiente. Predicó el P. Samaniego. El  icono de la Virgen del Perpetuo Socorro, que se encuentra en el altar colonial dedicado a Ella, obra de Blas de Mesa, elaborado en la ciudad de Valencia, España, con un costo $300.00 lo donó la señora Mercedes Agurcia, (¿sería  la escritora doña Mercedes Agurcia  Membreño, llamada dulcemente ´´El Hada de los niños´´?).  La devoción de los martes a la Virgen del Perpetuo Socorro comenzó en 1947.  En ese tiempo Los  Dolores no tenía la categoría de Parroquia. En Danlí, El Paraíso, desde 1939 se viene celebrando la novena a la Virgen Perpetuo Socorro. El gran predicador fue ´´El Padre Santa Misión´´ Avelino Martínez, con el apoyo de Mons. Jacobo Cáceres (de ahí la amistad de este con los Redentoristas). En Erandique y Yuscarán, desde 1937.  En Yuscarán, cuna de la histórica familia Fortín Ordoñez, se sigue celebrando la fiesta en honor a la Virgen del Perpetuo Socorro con mucha devoción y entusiasmo por parte de la familia Ochoa Chacón, familia de donde proviene nuestro misionero edentorista, P. Óscar Manuel Ochoa Chacón. En Choluteca se conocía la devoción a la Virgen Misionera, antes de la llegada de los Redentoristas en 1928, se debe por su proximidad a la república de Nicaragua (país eminentemente mariano). En la ´´Sultana del Sur´´ se formó la Archicofradía del Perpetuo Socorro, en 1938. En Amapala se predicaron las novenas en 1936 y 1937.  En Santa Rosa de Copán se fundó la Archicofradía en 1947. Y En Sabanagrande y La Venta en 1938. La Virgen del Perpetuo Socorro reina en las tierras de Francisco Morazán.