El reconocido escritor y novelista Sergio Ramírez Mercado, Premio Cervantes 2017, en su muy interesante y reveladora obra Tambor olvidado, con gran razón, afirma que el culto a los cristos negros en toda Centroamérica se origina en la imagen del Señor de Esquipulas en Guatemala. La ciudad de Esquipulas es considerada la “Tierra Santa de Centroamérica”, lugar de fe y amor de la centroamericanidad. Esquipulas está sobre un hermoso valle rodeado de elevadas montañas, muy cercano donde se encuentran las fronteras de las hermanas repúblicas de El Salvador, Honduras y Guatemala.
Antiguamente
Esquipulas llevaba el nombre de Yzquipulas, que significa “lugar de los
plátanos”; o, “paraje donde abundan las flores”, según el Dr. Jorge Luís
Arriola. Pueblo conformado por indígenas que lucharon tenazmente poniendo
resistencia a la conquista, hasta que en el año de 1530 los pobladores de
Yzquipulas, en un acto de paz, se sometieron a la conquista, lo cual les dio un
destino lleno de muchas tristezas e ingratitudes.
En
la actualidad, la ciudad de Esquipulas, de porte colonial, situada en el
departamento de Chiquimula, Guatemala, se ha convertido en un lugar de
peregrinación de gran magnitud: van y vienen peregrinos de todos los
departamentos de la república de Guatemala. Para el 15 de enero, que es el gran
día del Señor de Esquipulas, la Basílica del Santo Cristo Negro es visitada por
peregrinos de toda Centroamérica, México y Estados Unidos. Todos los peregrinos
van a rendirle un homenaje de amor y gratitud a Nuestro Señor Jesucristo,
muerto y resucitado por nuestros pecados, para nuestra salvación, epresentado
tan bellamente en la sacrosanta imagen del Cristo Negro, Nuestro Señor de
Esquipulas.
La
ciudad de Esquipulas es, también, un gran centro de turismo internacional. Alrededor
de la imponente Basílica, se han incrementado negocios de restaurantes, venta
de ropa con tejidos típicos, hechos por manos esquipultecas, dulces típicos del
lugar y chimultecos; es decir, que a consecuencia tan notable del comercio, la
misma ciudad ha ido cambiando su aspecto estructural, el modernismo se ha
abierto camino.
Todo
se debe también a la moderna autopista que comunica a los esquipultecos con la
ciudad capital de Guatemala y los puntos fronterizos de las hermanas repúblicas
de El Salvador y Honduras.
¿Cuándo
se instituyó el culto al Santo Cristo Negro de Esquipulas, de dónde llegó su
imagen y quién tuvo la difícil y delicada misión de burilarla?
Se
cuenta que hace más de cuatrocientos años, en un predio o solar, donde hoy día
se levanta majestuosamente la Basílica en honor al Señor de Esquipulas, se
encontraba un indígena en su faena de todos los días, que era la cosecha del
algodón bajo un sol inclemente, cuyas doradas redes calentaban implacablemente
aquel solar. El humilde indígena, al caer la tarde y al tomar por unos minutos
su muy merecido descanso, sus ojos vieron en dirección hacia el oriente una
aureola de luz muy potente y que en el fondo de la misma estaba iluminado de
oro y plata resplandecientes, y de ahí fue apareciendo, una luminosa hostia,
grande, levantada por dos sacrosantas manos, y en la santísima hostia, de
grandes proporciones, aparecía de forma majestuosa la figura del Señor de
Esquipulas.
Aquel
indígena, asustado y confundido, sin entender nada, se arrodilló ante tan
grandiosa manifestación divina, oró despacito, temblando de miedo, pero lleno
de gozo, y al desaparecer tan grande visión, salió corriendo a contarle a su
familia la experiencia de aquella visión celestial.
Los
nativos de Esquipulas, impresionados por los hechos narrados por aquel
indígena, comenzaron a buscar a un hábil escultor que cumpliera con la delicada
y difícil tarea de burilar la imagen exactamente igual a la de aquella
revelación dada al humilde indígena. Aquel escultor tan buscado fue el jovencito
de veinte años de edad llamado Quirio Cataño, nombre para la inmortalidad.
Quirio
Cataño, de origen portugués, vivía en la capital del Reino, hoy Antigua
Guatemala. Su casa se ubicaba en el Barrio de los Remedios, al final de La
Calle del Vía Crucis o también llamada, La Calle de los Pasos. El joven Quirio
Cataño, pertenecía a las familias distinguidas de aquel entonces, y que creaban
un ambiente verdaderamente señorial a la ciudad, impregnándola de refinada
elegancia.
Quirio
Cataño era un joven artista, considerado por la opinión pública un notable
escultor. Esculpió imágenes verdaderamente bellas, como hechas en el mismo
cielo, como labradas en un taller del cielo. Tales imágenes son el Crucifijo de
la Escuela de Cristo, El Cristo del Perdón y Jesús con la Cruz a Cuestas.
La
fama del escultor Quirio Cataño sonaba en grandes y sonoros ecos por todas
partes, fama que llegó a escuchar Fray Cristóbal de Morales, y le condujo hasta
la presencia del famoso escultor. Ante los acontecimientos narrados en Esquipulas,
Fray Cristóbal, le encarga a Quirio Cataño la hechura del Cristo Crucificado,
para ser venerado en el pueblo de Esquipulas.
Existe
un documento muy importante, que es el contrato entre Fray Cristóbal y el
escultor Quirio Cataño, que especifica la hechura y fecha de entrega, como
también el costo total de la imagen del Cristo Negro de Esquipulas. En dicho
contrato se lee lo siguiente: “Al margen
consieto. En la ciudad de Guatemala en veinte y nueve días del mes de Agosto
del año de mil quinientos e nobenta e cuatro años, Cristóbal de Morales Provr.
de este obispado Conresto con Quirio Cataño Oficial de Escultura, que haga para
el pueblo de Esquipulas un crucifijo de vara y media muy bien acabado y
perfeccionado e le ha a dar acabado para el día de San Franco, primero que
viene e se ha de dar por él, cien tostones (100) de cuatro realies de plata
cada uno; e para en cuenta de los otros cien tostones, confesó haber recibido
adelantados cincuenta tostones, los cuales recibió realmente e se obligo de lo
cumplir, e para ello obligo en persona y bienes e lo firmo de en nombre del
otro. Señor Pro Ciros Cristóbal de Morales.
Quirio Cataño. Atemi:
Franco. Delgado. Secreto.- Recibio de los 50 tostones, e recibi diez tostones
mas, para en cuenta de la hechura del crucifijo y celo entregue acabado de todo
punto, y los cuarenta tostones restantes se me han de dar de hoy día de la
fecha, en un mes y por verdad los firme de mi nombre, hecho en Guatemala a la
nueve dias del mes de Marzo de mil quinientos, y nobenta y en cinco años.-
Quirio Cataño.”
La
imagen del Señor de Esquipulas quedó perfecta, “nacida en el alma y en la
inspiración de un artista verdadero”, perfecta en sus rasgos,su rostro expresa
bondad y misericordia. Su cuerpo bien definido es la perfección anatómica de un
verdadero hombre, es “el hermoso de Galilea”, es “la Belleza”. Quirio Cataño
reflejó en la bendita imagen de color oscuro, color negro, el dolor del indio,
el sufrimiento al cual fue sometido, pues la imagen fue hecha a “imagen y
semejanza” de los indios que iban a venerarlo con fe, amor y gratitud. El 9 de
marzo de 1595, día memorable, el Ilmo. Obispo Fray Gómez Fernández de Córdoba,
instituyó oficialmente el culto al Cristo Negro, Nuestro Señor de Esquipulas. Y
fue Fray Pedro Pardo de Figueroa, el último obispo y primer arzobispo del Reino
de Guatemala quien inició la construcción del hermoso santuario, hoy convertido
en Basílica, en honor al Señor de Esquipulas.
El
4 de enero de 1759 se realizó la solemne bendición del santuario. Fueron días
de fiesta, desde el 4 al 17 de enero de aquel año. Desde siempre, la ciudad de
Esquipulas ha sido visitada por notables personalidades de la época, que han
marcado pautas específicas en la historia, hombres y mujeres que han hecho
historia. En aquel día memorable de la bendición del santuario, participó el
Presidente de la Real Audiencia, Gobernador y Capitán del Reino, don Alonso de
Arcos y Moreno.
Han
visitado la ciudad de Esquipulas, autoridades civiles y militares de toda la
república de Guatemala, hombres y mujeres que se dedican a la noble causa de la
enseñanza, la medicina, obras de voluntariado a la sociedad, artistas, poetas,
escritores, grandes escultores, científicos, profesionales de la comunicación.
Y por supuesto, han llegado hasta Esquipulas hombres y mujeres de Iglesia:
obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, misioneros de todas las órdenes
y congregaciones que visitan Guatemala.
Entre
las personalidades que han visitado Esquipulas figuran las siguientes: Joao
Clemente Baena Soares, ex secretario general de la OEA; el Dr. Carlyle Guerra
de Macedo, quien estuvo al frente de la OPS; los mandatarios que participaron
en la Cumbre Presidencial de Centroamérica en el histórico año de 1986: Oscar
Arias (Costa Rica), José Napoleón Duarte (El Salvador), Vinicio Cerezo Arévalo
(Guatemala), José Azcona Hoyo (Honduras) y José Daniel Ortega Saavedra
(Nicaragua).
Los
señores presidentes en aquella histórica cumbre redactaron el documento
“Declaración de Esquipulas”, en el cual se comprometieron a trabajar para
alcanzar la paz y la democracia.
A
Esquipulas han llegado dos grandes cardenales centroamericanos: Miguel Obando y
Bravo de Nicaragua (Q.d.D.g.) y Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga de Honduras;
ambos purpurados rindieron homenaje al Señor de Esquipulas. Y el 6 de febrero
de 1996, Su Santidad Juan Pablo II “El Grande”, hoy san Juan Pablo II, visitó
la célebre ciudad de Esquipulas para conmemorar los 400 años de haber sido
esculpida la imagen del Señor de Esquipulas. En esa ocasión, designó al
Santuario del Cristo Negro, que es atendida desde hace varios años por los
Monjes Benedictinos, como Basílica. Que el Cristo Negro, Nuestro Señor de
Esquipulas, proteja siempre a todos los pueblos de Centroamérica.
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