viernes, 19 de octubre de 2018

El Cristo Negro, Nuestro Señor de Esquipulas (Colección Santos Cristos)


El reconocido escritor y novelista Sergio Ramírez Mercado, Premio Cervantes 2017, en su muy interesante y reveladora obra Tambor olvidado, con gran razón, afirma que el culto a los cristos negros en toda Centroamérica se origina en la imagen del Señor de Esquipulas en Guatemala. La ciudad de Esquipulas es considerada la “Tierra Santa de Centroamérica”, lugar de fe y amor de la centroamericanidad. Esquipulas está sobre un hermoso valle rodeado de elevadas montañas, muy cercano donde se encuentran las fronteras de las hermanas repúblicas de El Salvador, Honduras y Guatemala.
Antiguamente Esquipulas llevaba el nombre de Yzquipulas, que significa “lugar de los plátanos”; o, “paraje donde abundan las flores”, según el Dr. Jorge Luís Arriola. Pueblo conformado por indígenas que lucharon tenazmente poniendo resistencia a la conquista, hasta que en el año de 1530 los pobladores de Yzquipulas, en un acto de paz, se sometieron a la conquista, lo cual les dio un destino lleno de muchas tristezas e ingratitudes.
En la actualidad, la ciudad de Esquipulas, de porte colonial, situada en el departamento de Chiquimula, Guatemala, se ha convertido en un lugar de peregrinación de gran magnitud: van y vienen peregrinos de todos los departamentos de la república de Guatemala. Para el 15 de enero, que es el gran día del Señor de Esquipulas, la Basílica del Santo Cristo Negro es visitada por peregrinos de toda Centroamérica, México y Estados Unidos. Todos los peregrinos van a rendirle un homenaje de amor y gratitud a Nuestro Señor Jesucristo, muerto y resucitado por nuestros pecados, para nuestra salvación, epresentado tan bellamente en la sacrosanta imagen del Cristo Negro, Nuestro Señor de Esquipulas.
La ciudad de Esquipulas es, también, un gran centro de turismo internacional. Alrededor de la imponente Basílica, se han incrementado negocios de restaurantes, venta de ropa con tejidos típicos, hechos por manos esquipultecas, dulces típicos del lugar y chimultecos; es decir, que a consecuencia tan notable del comercio, la misma ciudad ha ido cambiando su aspecto estructural, el modernismo se ha abierto camino.
Todo se debe también a la moderna autopista que comunica a los esquipultecos con la ciudad capital de Guatemala y los puntos fronterizos de las hermanas repúblicas de El Salvador y Honduras.
¿Cuándo se instituyó el culto al Santo Cristo Negro de Esquipulas, de dónde llegó su imagen y quién tuvo la difícil y delicada misión de burilarla?
Se cuenta que hace más de cuatrocientos años, en un predio o solar, donde hoy día se levanta majestuosamente la Basílica en honor al Señor de Esquipulas, se encontraba un indígena en su faena de todos los días, que era la cosecha del algodón bajo un sol inclemente, cuyas doradas redes calentaban implacablemente aquel solar. El humilde indígena, al caer la tarde y al tomar por unos minutos su muy merecido descanso, sus ojos vieron en dirección hacia el oriente una aureola de luz muy potente y que en el fondo de la misma estaba iluminado de oro y plata resplandecientes, y de ahí fue apareciendo, una luminosa hostia, grande, levantada por dos sacrosantas manos, y en la santísima hostia, de grandes proporciones, aparecía de forma majestuosa la figura del Señor de Esquipulas.
Aquel indígena, asustado y confundido, sin entender nada, se arrodilló ante tan grandiosa manifestación divina, oró despacito, temblando de miedo, pero lleno de gozo, y al desaparecer tan grande visión, salió corriendo a contarle a su familia la experiencia de aquella visión celestial.
Los nativos de Esquipulas, impresionados por los hechos narrados por aquel indígena, comenzaron a buscar a un hábil escultor que cumpliera con la delicada y difícil tarea de burilar la imagen exactamente igual a la de aquella revelación dada al humilde indígena. Aquel escultor tan buscado fue el jovencito de veinte años de edad llamado Quirio Cataño, nombre para la inmortalidad.
Quirio Cataño, de origen portugués, vivía en la capital del Reino, hoy Antigua Guatemala. Su casa se ubicaba en el Barrio de los Remedios, al final de La Calle del Vía Crucis o también llamada, La Calle de los Pasos. El joven Quirio Cataño, pertenecía a las familias distinguidas de aquel entonces, y que creaban un ambiente verdaderamente señorial a la ciudad, impregnándola de refinada elegancia.
Quirio Cataño era un joven artista, considerado por la opinión pública un notable escultor. Esculpió imágenes verdaderamente bellas, como hechas en el mismo cielo, como labradas en un taller del cielo. Tales imágenes son el Crucifijo de la Escuela de Cristo, El Cristo del Perdón y Jesús con la Cruz a Cuestas.
La fama del escultor Quirio Cataño sonaba en grandes y sonoros ecos por todas partes, fama que llegó a escuchar Fray Cristóbal de Morales, y le condujo hasta la presencia del famoso escultor. Ante los acontecimientos narrados en Esquipulas, Fray Cristóbal, le encarga a Quirio Cataño la hechura del Cristo Crucificado, para ser venerado en el pueblo de Esquipulas.
Existe un documento muy importante, que es el contrato entre Fray Cristóbal y el escultor Quirio Cataño, que especifica la hechura y fecha de entrega, como también el costo total de la imagen del Cristo Negro de Esquipulas. En dicho contrato se lee lo siguiente: “Al margen consieto. En la ciudad de Guatemala en veinte y nueve días del mes de Agosto del año de mil quinientos e nobenta e cuatro años, Cristóbal de Morales Provr. de este obispado Conresto con Quirio Cataño Oficial de Escultura, que haga para el pueblo de Esquipulas un crucifijo de vara y media muy bien acabado y perfeccionado e le ha a dar acabado para el día de San Franco, primero que viene e se ha de dar por él, cien tostones (100) de cuatro realies de plata cada uno; e para en cuenta de los otros cien tostones, confesó haber recibido adelantados cincuenta tostones, los cuales recibió realmente e se obligo de lo cumplir, e para ello obligo en persona y bienes e lo firmo de en nombre del otro. Señor Pro Ciros Cristóbal de Morales.
Quirio Cataño. Atemi: Franco. Delgado. Secreto.- Recibio de los 50 tostones, e recibi diez tostones mas, para en cuenta de la hechura del crucifijo y celo entregue acabado de todo punto, y los cuarenta tostones restantes se me han de dar de hoy día de la fecha, en un mes y por verdad los firme de mi nombre, hecho en Guatemala a la nueve dias del mes de Marzo de mil quinientos, y nobenta y en cinco años.- Quirio Cataño.”
La imagen del Señor de Esquipulas quedó perfecta, “nacida en el alma y en la inspiración de un artista verdadero”, perfecta en sus rasgos,su rostro expresa bondad y misericordia. Su cuerpo bien definido es la perfección anatómica de un verdadero hombre, es “el hermoso de Galilea”, es “la Belleza”. Quirio Cataño reflejó en la bendita imagen de color oscuro, color negro, el dolor del indio, el sufrimiento al cual fue sometido, pues la imagen fue hecha a “imagen y semejanza” de los indios que iban a venerarlo con fe, amor y gratitud. El 9 de marzo de 1595, día memorable, el Ilmo. Obispo Fray Gómez Fernández de Córdoba, instituyó oficialmente el culto al Cristo Negro, Nuestro Señor de Esquipulas. Y fue Fray Pedro Pardo de Figueroa, el último obispo y primer arzobispo del Reino de Guatemala quien inició la construcción del hermoso santuario, hoy convertido en Basílica, en honor al Señor de Esquipulas.
El 4 de enero de 1759 se realizó la solemne bendición del santuario. Fueron días de fiesta, desde el 4 al 17 de enero de aquel año. Desde siempre, la ciudad de Esquipulas ha sido visitada por notables personalidades de la época, que han marcado pautas específicas en la historia, hombres y mujeres que han hecho historia. En aquel día memorable de la bendición del santuario, participó el Presidente de la Real Audiencia, Gobernador y Capitán del Reino, don Alonso de Arcos y Moreno.
Han visitado la ciudad de Esquipulas, autoridades civiles y militares de toda la república de Guatemala, hombres y mujeres que se dedican a la noble causa de la enseñanza, la medicina, obras de voluntariado a la sociedad, artistas, poetas, escritores, grandes escultores, científicos, profesionales de la comunicación. Y por supuesto, han llegado hasta Esquipulas hombres y mujeres de Iglesia: obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, misioneros de todas las órdenes y congregaciones que visitan Guatemala.
Entre las personalidades que han visitado Esquipulas figuran las siguientes: Joao Clemente Baena Soares, ex secretario general de la OEA; el Dr. Carlyle Guerra de Macedo, quien estuvo al frente de la OPS; los mandatarios que participaron en la Cumbre Presidencial de Centroamérica en el histórico año de 1986: Oscar Arias (Costa Rica), José Napoleón Duarte (El Salvador), Vinicio Cerezo Arévalo (Guatemala), José Azcona Hoyo (Honduras) y José Daniel Ortega Saavedra (Nicaragua).
Los señores presidentes en aquella histórica cumbre redactaron el documento “Declaración de Esquipulas”, en el cual se comprometieron a trabajar para alcanzar la paz y la democracia.

A Esquipulas han llegado dos grandes cardenales centroamericanos: Miguel Obando y Bravo de Nicaragua (Q.d.D.g.) y Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga de Honduras; ambos purpurados rindieron homenaje al Señor de Esquipulas. Y el 6 de febrero de 1996, Su Santidad Juan Pablo II “El Grande”, hoy san Juan Pablo II, visitó la célebre ciudad de Esquipulas para conmemorar los 400 años de haber sido esculpida la imagen del Señor de Esquipulas. En esa ocasión, designó al Santuario del Cristo Negro, que es atendida desde hace varios años por los Monjes Benedictinos, como Basílica. Que el Cristo Negro, Nuestro Señor de Esquipulas, proteja siempre a todos los pueblos de Centroamérica.

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