miércoles, 20 de mayo de 2020

El niño de Masatepe, que llegó a ser Premio Cervantes


El niño de Masatepe, que llegó a ser Premio Cervantes (Colección Temas varios)



Saludé por primera vez a don Sergio Ramírez Mercado en 1998, en la antigua catedral de Managua. Alfaguara eligió la dañada catedral por el terremoto de 1972, para presentar un libro más de Sergio Ramírez: Margarita, está linda la mar. Según un medio de comunicación social, asistimos al importante evento literario, unas 3.000 personas. ¡Vaya afluencia en el antiguo recinto catedralicio! En ese año, la Editorial Alfaguara galardonó a dos grandes escritores latinoamericanos con el Premio Alfaguara de Novela: Eliseo Alberto de Diego García Marruz, con Caracol Beach y Sergio Ramírez, con Margarita, está linda la mar. Cabe mencionar que dicha editorial es una de las más importantes de España y América Latina; su fundador es el gran Camilo José Cela Trulock, autor de las célebres novelas La colmena y La familia de Pascual Duarte.
El Premio Alfaguara de Novela para don Sergio Ramírez, causó alegría en el corazón de miles de lectores nicaragüenses. Todos pensamos y dijimos a una voz: ´´Nuevamente el mundo vuelve a leer a un escritor nicaragüense´´. ¡Y qué escritor! Esa alegría, pero más intensa aún, sentí estando en Bogotá, Colombia, cuando en noviembre del 2017, se anunció al mundo que el ganador del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, era Sergio Ramírez Mercado. Con esta alta distinción, el escritor nicaragüense se convierte en el primero en su patria y de toda América Central, en ser laureado con tan alto reconocimiento en el vasto firmamento de las letras castellanas. Este reconocimiento es el galardón literario más importante en lengua castellana, considerado como el Nobel de Literatura en castellano. El premio otorgado a Ramírez Mercado fue un eco mundial en los medios de comunicación y redes sociales. Recuerdo que el anuncio del Premio Cervantes 2017, fue noticia y muy notoria en los periódicos de El Nuevo Siglo y El Espectador; este, es quizá el más leído en toda Colombia. ¿Y en Nicaragua? La Prensa y El Nuevo Diario se hicieron eco de tan venturosa noticia. En cuanto al Gobierno inconstitucional de Nicaragua, se guardó un sepulcral silencio… No hubo ni el menor gesto de cortesía hacia el laureado escritor…
Sergio Ramírez Mercado nació en Masatepe, Masaya, el 5 de agosto de 1942. Fue un año común que comenzó en jueves, día que llenó de inmensa dicha a sus señores padres: don Pedro Ramírez y de la profesora Luisa Mercado, quien le enseñó a leer el Quijote. En ese año el vicario de Cristo era S.S. Pío XII. Ocupaba la silla arzobispal, Mons. José Antonio Lezcano y Ortega. En Estados Unidos de América, el presidente era Franklin D. Roosevelt. En España gobernaba el generalísimo Francisco Franco Bahamonde. Nicaragua, era gobernada por Anastasio Somoza García. La República de Costa Rica era gobernada por Rafael Ángel Calderón Guardia. Y en ese mismo año, se vivía el conflicto militar global de la Segunda Guerra Mundial. Ese era el panorama político y eclesiástico al nacer Sergio Ramírez quien, en 1985, se convertiría por voto popular directo en el vicepresidente de la República de Nicaragua.
A la edad de doce años, encontramos al niño Sergio Ramírez realizando el oficio de operador del cine de su tío Ángel Mercado. Anécdota que el escritor cuenta con mucha gracia y agradecimiento. Oficio en el cual, según él, aprendió mucho más que en la escuela misma. Con esa misma gracia, amor y gratitud, Sergio Ramírez se refiere a su amada esposa, nombrándola cariñosamente Tulita, hipocorístico sagrado para él; pues hasta el rey Felipe VI, en su discurso en la entrega del Premio Cervantes, pidió permiso para nombrarla así. A sus catorce años escribió su primer cuento: La carreta Nagua, que se publicó en La Prensa Literaria. Y en 1963, a los veintiún años publicó su primer libro, Cuentos. Después vinieron más de cuarenta obras.
Al igual que muchos nicaragüenses, a Sergio Ramírez le tocó emigrar como las golondrinas hacia la vecina y linda Costa Rica. La dictadura somocista, con el látigo implacable de la represión, golpeó a miles de nicaragüenses que, para no ser alcanzados por tan sangrientos latigazos, huían del terruño que los vio nacer, para respirar y vivir en libertad. Al respecto, el historiador Nicolás López Maltez, estudioso de la dictadura sangrienta de los Somoza, dice que el padre de ellos, es decir, Anastasio Somoza García, gobernó formalmente 16 años en dos etapas: 1937-1947, la primera, y la segunda, entre 1950-1956, y a estas etapas se le suman los años que gobernó desde el asesinato del general de ´´Hombres Libres´´, Augusto Nicolás Calderón Sandino en 1934. Los dieciséis años de dictadura somocista, dejaron huellas imborrables en la vida de nuestro escritor. Huellas que encontramos en algunas de sus afamadas obras.
Me pregunto: ¿qué labor realizaba Sergio Ramírez cuando estuvo exiliado durante catorce años en Costa Rica? En la vecina Costa Rica nacieron sus tres hijos: Sergio, María y Dorel. Ejerció como periodista y como secretario general del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA). Fue fundador de la Editorial Universitaria Centroamericana. Doña Odette Navas, quien conoció a Sergio Ramírez, nos cuenta que, cuando era bibliotecaria de don Franco Cerutti (humanista y gran conocedor de la literatura centroamericana), tuvo la oportunidad de atender en la biblioteca de Cerutti a Sergio Ramírez quien, alegremente, participaba en compañía de otros escritores e historiadores, rodeado de estantería valiosa para el mundo de las letras y de la historia, de grandes y amenas tertulias literarias; así como lo hiciera en su tiempo, nuestro inmenso Rubén Darío en los cafés literarios madrileños, con sus amigos Emilia Pardo- Bazán y Ramón del Valle Inclán. Doña Odette Navas recuerda a Ramírez como un hombre muy educado, cortés, amable, cultísimo y serio. Un gran señor, dice Navas.
Sergio Ramírez Mercado en el firmamento literario. Es bello contemplar el firmamento de la literatura. ¿Y qué es la literatura? Los entendidos la definen como el arte de la palabra, que utiliza la misma, como medio de expresión. Así como la música utiliza el sonido como medio de expresión; la pintura, el color; la danza, el movimiento; la literatura se vale de la palabra. Muchos literatos la definen como una práctica humana, una construcción de naturaleza artística. Otros afirman que es la manifestación de un pueblo que refleja su cultura. Su finalidad es muy clara y compleja a la vez: transmitir ideas y sentimientos por medio de la obra literaria de quien escribe a quien lee; es decir, del emisor al receptor. El escritor, poeta y dramaturgo Oscar Wilde, decía que esta disciplina tenía como fin la belleza, el arte por el arte. Porque la literatura siempre buscará la belleza de la palabra. Es el lenguaje visual y verbal, es la palabra escrita que refleja un pensamiento. Por ello dirá Samuel Jonhson: ´´El lenguaje es el vestido de los pensamientos´´. La obra escrita de Ramírez Mercado, como él mismo lo ha afirmado, es un espejo de la sociedad, de lo que ha visto y vivido. Las obras de Sergio Ramírez son esa manifestación de un pueblo que refleja su cultura. El nicaragüense se siente plenamente identificado con sus exquisitos relatos y curiosos personajes. Es como entrar en la historia de Nicaragua en la dimensión de las letras infinitas. En Tambor olvidado, Sergio recoge finamente las tradiciones religiosas, la música, los instrumentos, las plegarias populares, la comida y la lengua de nuestra tierra, de la influencia de la raza y cultura africana, presentándonos una cantidad de vocablos de origen africano. Es por ello que Sergio es literatura encarnada. Su pensamiento y gran creatividad literaria brillan con gran fulgor entre los más grandes de la literatura hispanoamericana. Él forma parte del gran mosaico literario de Hispanoamérica. En sus obras hay una fusión perfecta entro lo real y ficticio, pues él escribe entre cuatro paredes, pero con las ventanas abiertas…
La crítica literaria sitúa a Sergio Ramírez Mercado entre la herencia de Miguel de Cervantes Saavedra y de nuestro Rubén Darío. Podríamos afirmar que ha bebido y alimentado del banquete exquisito de estos dos grandes e inmortales de las letras castellanas. Aquel niño que nació en Masatepe, ´´poblado de venados´´ o ´´cerro de venados´´, hoy todo un señor de las letras, dedicó el Premio Cervantes a los nicaragüenses asesinados en los primeros meses de este año 2018. Dijo al iniciar su discurso: ´´Permítanme dedicar este premio a la memoria de los nicaragüenses, que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que siguen luchando sin usar más que sus ideales, parque Nicaragua vuelva a ser República´´. SS. MM el rey Felipe VI y la reina Letizia Ortiz, Mariano Rajoy Brey, entonces presidente del Gobierno y los asistentes, irrumpieron en un caluroso y elocuente aplauso en el recinto de la distinguida e histórica Universidad de Alcalá de Henares. Sergio, en su discurso, vestido de frac, con un porte solemne y majestuoso, pero humilde y vivencial, recibió el Premio Cervantes 2017, infinitamente agradecido con el rey Felipe VI por la distinción a él y a Nicaragua, su ´´país de vientre pequeño, pero tan pródigo´´.
¡Gracias, don Sergio! Gracias, niño de Masatepe, que llegó a ser Premio Cervantes. ¡Orgullo de Nicaragua!






Cardenal Miguel Obando y Bravo: la antorcha que se apaciguó en la gran noche oscura…


Cardenal Miguel Obando y Bravo: la antorcha que se apaciguó en la gran noche oscura… (Colección Temas varios)


Miguel Obando y Bravo fue creado cardenal de la santa madre Iglesia católica y apostólica en el Consistorio del 25 de mayo de 1985 por san Juan Pablo II. Arzobispo emérito de la arquidiócesis de Managua desde el viernes primero de abril del 2005, un día antes del tránsito a la Casa del Padre del santo polaco Juan Pablo II. Primer cardenal autóctono de América Central y primero de Nicaragua.
El cardenal Miguel Obando y Bravo pastoreó, enseñó y santificó por treinta y cinco años la arquidiócesis de Managua. En esas tres décadas y un lustro, el “cardenal de la paz”, como se le solía llamar, realizó una encomiable labor por el bien de la Iglesia y de Nicaragua, dejando una estela luminosa a su paso como pastor de su grey. Fue una antorcha viviente, poseedor de una voz sonora y vibrante, impecable en el vestir, puntualidad inglesa y con reloj británico. El historiador de la Iglesia, el Dr. Edgar Zúniga C., lo describe así: ´´Siempre ha sido extremadamente cordial y fino en sus modales y en el trato con las personas. Incluso alguien llegó a afirmar que Mons. Obando encarna toda la finura del pueblo nicaragüense. Es sumamente puntual y todo ello ha sido una escuela de buenos modales´´. También lo llama, en su obra Historia Eclesiástica de Nicaragua, ´salvador de la Iglesia y salvador de la patria´.
Fue el gran mediador en dificultosos conflictos nacionales. Defensor incansable de los derechos humanos en Nicaragua durante la dictadura de estirpe sangrienta de Anastasio Somoza Debayle y durante el régimen en los años de 1980 del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En la década de los años de 1970, sirvió como mediador entre el Gobierno somocista y los guerrilleros del Frente Sandinista. Fue siempre el mediador en diversos conflictos, como también, mediador en los acuerdos de paz a finales de los años ochenta. Encabezó la Comisión Nacional de Reconciliación para verificar los Acuerdos de Esquipulas II, y un 23 de marzo de 1988, en Sapoá, departamento de Rivas, presenció y firmó el Acuerdo para el cese al fuego definitivo en Nicaragua. En Sapoá se inició la paz y democracia que hoy se ve amenazada en mi tierra lacustre Nicaragua.
Con un gesto que recoge la historia de la Iglesia en Nicaragua, Miguel Obando, llevando la antorcha viviente de la caridad, y con corazón de pastor, horas después del fatídico seísmo de Managua del 23 de diciembre de 1972, recorrió por casi veinte horas la ciudad de Managua, ´la novia del Xolotlán´ que lloraba desconsoladamente a sus hijos muertos, heridos y desaparecidos. Se dice que vestía una ´sotana blanca, sucia y raída por el polvo de los escombros´ dando palabras de consuelo a las víctimas del terremoto.
Durante el tiempo que ocupó la silla arzobispal, recorrió toda la arquidiócesis, dándole a esta identidad. Exhortaba a los sacerdotes del clero diocesano y religioso y a todos los laicos a estar en comunión con la Iglesia. Fue conduciendo la arquidiócesis de Managua con la ayuda del Clero, a un proceso integral que buscaba poner en marcha el modelo de Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II. Creó nuevas parroquias por el bien de las almas. Hasta 1952, la arquidiócesis de Managua solo contaba con dos parroquias: Catedral Metropolitana de Santiago y San Antonio. Hoy en día son 113 parroquias, organizadas en cinco zonas o vicarías pastorales, las que conforman esta porción de la Iglesia; la cual cubre el ámbito de los departamentos de Managua, Masaya y Carazo. Impulsó en la arquidiócesis una Iglesia en COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN y MISIÓN. Acompañó muy de cerca los trabajos apostólicos de todos los movimientos existentes en la porción de la Iglesia arquidiocesana. Como también, a los Institutos de Vida Consagrada: de vida activa y contemplativa. Cuidó con esmero los Movimientos de Apostolado Seglar y Asociaciones de espiritualidad laical. Una de sus mayores preocupaciones: las vocaciones y los seminarios. En la época del cardenal Miguel Obando y Bravo florecieron muchas vocaciones. Los grupos de ordenandos eran muy nutridos. Nadie olvidará cuando se ordenaron once diáconos como presbíteros. Grupo que, hasta la fecha, no ha sido superado.
Con estas letras me he centrado en la labor del cardenal Obando durante el tiempo que fue titular de la arquidiócesis de Managua. ¿Y después? ¿Qué sucedió después como arzobispo emérito de Managua? Todo empezó en la década de los años 2000; en el último año de su gestión pastoral como titular de la arquidiócesis. El cardenal presidió en la catedral metropolitana de Managua una eucaristía ´por la paz y la reconciliación´ (19 de julio del 2004), en el contexto del XXV aniversario del triunfo de la Revolución Popular Sandinista. Asistieron muchos feligreses y la presencia del Clero fue notoria. A este acto los medios de comunicación social le llamaron así: ´´Acercamiento entre Obando y Ortega´´, ´´ Misa sella reconciliación entre FSLN y la Iglesia´´, ´´El fuerte acercamiento del cardenal Miguel Obando y Daniel Ortega fue evidente´´. El reconocido periodista Carlos Fernando Chamorro Barrios, en su tan visto programa ´Esta semana´, calificó el hecho con estas palabras: ´´Reconciliación de Obando con su antiguo enemigo, el comandante Ortega´´.
Sobre estas páginas en la historia perentoria del cardenal Miguel Obando y Bravo, no le corresponde a quien escribe emitir un juicio y menos tomar una postura condenatoria. Sea la historia, y en última instancia Dios quien juzgue el actuar del señor cardenal. En el sentir popular se afirma que, lamentablemente, Miguel Obando fue ´mordido´ por la víbora de la leyenda que pronunciara en la catedral metropolitana de Managua, un jueves 17 de octubre de 1996, día del padre de la Iglesia, obispo y mártir san Ignacio de Antioquía. Solo faltaban tres días para las elecciones presidenciales, cuando el comandante José Daniel Ortega Saavedra perdió contra el Dr. José Arnoldo Alemán Lacayo, mandatario de no tan gratos recuerdos. Algunos medios de comunicación mal llamaron a la tan comentada leyenda, fábula o parábola del viborazo.
Yo siempre agradeceré al cardenal Miguel Obando las cosas buenas que realizó por el bien de la Iglesia y por el bien de Nicaragua. No es justo calificar en su totalidad a un hombre negativamente en el último tramo de su vida. La labor ingente del primer purpurado autóctono de América Central y de Nicaragua, debe ser valorada en su justo valor. Su justo valor en la balanza de la ecuanimidad. Yo fui párroco en la arquidiócesis de Managua por casi doce años, escuché de sus labios varias homilías, que quizá muchos no recuerdan. Le vi consolando y ungiendo enfermos. Le acompañé en una de sus visitas pastorales en San Rafael del Sur, y presencié cómo él daba una palabra de alivio a tantas personas necesitadas. Muy de acuerdo estoy con la afirmación del historiador Edgar Zúniga: ´´El cardenal Miguel Obando Bravo es la mejor prueba de esa realidad teológica que a nosotros los católicos nos permite ver el rostro de Cristo detrás del rostro del obispo´´.  En una ocasión le pregunté al padre Harving Salvador Padilla cómo definiría en dos palabras al cardenal Obando; él me respondió lo siguiente: ´´Hombre disciplinado y entregado´´. Recibí de sus manos el orden sacerdotal un 1 de julio de 1995. Nunca olvidaré su homilía: el sacerdocio según san Juan Bosco. Las veces que le busqué me recibió con una palabra cálida, respetuosa y delicada. Siempre se dirigió a mí como reverendo padre Bosco. Tratándome siempre de usted. Llevó la antorcha viviente de la caridad para muchos hombres y mujeres. El papa Francisco, en ocasión de los 50 años de vida episcopal del cardenal Miguel Obando, le escribió lo siguiente: ´´Realizaste grandes obras en el pueblo de Dios, rigiendo, enseñando y santificando en singulares obras sociales en la querida Iglesia de Nicaragua´´. Sin duda alguna, en su gestión como titular de la arquidiócesis de Managua, el cardenal Obando hizo vida su lema episcopal: ´´Me hice todo para todos´´.
Esa antorcha viviente como mediador, defensor, garante en los conflictos nacionales que llevó el cardenal Miguel Obando y Bravo por treinta y cinco años, se fue apaciguando, poco a poco, en la gran noche oscura de la hura de la víbora.
El cardenal Miguel Obando y Bravo realizó su viaje hacia la Casa del Padre, cerrando sus ojos a este mundo, para abrirlos en la eternidad, en Managua, a los 92 años de edad, un 3 de junio del 2018, día domingo, fiesta del Corpus Christi.
´´Dos hombres iban caminando por el campo. Vieron en el camino que estaba una víbora. La víbora parecía que se estaba muriendo a causa del frío. Uno de aquellos hombres dijo: se está muriendo esta víbora por causa del frío. Creo que si le damos un poco de calor no morirá. El compañero le dijo: ten cuidado, yo creo que esta víbora ya mató a alguien porque salía de este hueco y mató a fulano de tal. Aquel dijo: las circunstancias han cambiado. Esta víbora no me hará nada, yo le voy a dar calor. Se agachó, tomó en las manos la víbora, la metió entre su pecho para darle calor, y cuando le había dado calor, la víbora lo mordió y lo mató. Creo que el cristiano tiene que tener siempre prudencia. Por eso estos días, debemos reflexionar qué es lo que más conviene para la patria´´. (Leyenda de la víbora, pronunciada por el cardenal Miguel Obando y Bravo un 17 de octubre de 1996)









lunes, 18 de mayo de 2020

San Óscar Arnulfo Romero: un profeta en el gran ´Pulgarcito de América´


San Óscar Arnulfo Romero: un profeta en el gran ´Pulgarcito de América´  (Colección Santos y beatos)


El escritor Julio Enrique Ávila fue quien acuñó la perífrasis ´El Salvador, Pulgarcito de América´, para hablar de su amado país El Salvador. Ese pequeño y gran país, bañado por las aguas de cristal del océano Pacífico, vio nacer al mártir y profeta de América, al más universal de los salvadoreños: Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.
En los países del istmo centroamericano, llaman a uno de sus departamentos, provincias o ciudades, ´La Sultana de Oriente´. Así se le llama en El Salvador a la abrasadora ciudad de San Miguel, cabecera del departamento homónimo. En ese departamento, en el municipio de Ciudad Barrios, abrió sus ojos a la luz de este mundo, por primera vez, el niño Óscar Arnulfo Romero Galdámez, un miércoles 15 de agosto de 1917, día glorioso y mariano, día de la Asunción de María.
En el Antiguo Testamento, el profetismo, sacerdocio y la monarquía, eran las tres instituciones que guiaban al pueblo en el caminar de su historia. En las Sagradas Escrituras se enlistan 104 profetas; a 49 de ellos se les conoce por su nombre, y diecisiete de ellos escribieron su mensaje. La palabra ´profeta´ traducida del griego y hebreo se interpreta como ´el llamado´, ´el enviado´ y ´el que anuncia´. En sentido estricto bíblico significa ´el que habla en lugar de otro´; es decir, ´el que habla en lugar de Dios´. Los profetas fundaban su mensaje en tres principios: denunciaban, exhortaban y prometían. Denunciaban la idolatría cananea, exhortaban a la conversión, y prometían una esperanza al pueblo en el Dios único y verdadero.
Hoy en día, en la Iglesia católica, el profetismo sigue vivo desde la persona, el mensaje y la vida de Nuestro Señor Jesucristo, el Profeta por excelencia. Cuando fuimos bautizados, con el santo Crisma se pronunciaron sobre nosotros estas palabras: ´´Para que entréis a formar parte de su pueblo y seáis para siempre miembros de Cristo, sacerdote, profeta y rey´´. El Concilio Vaticano II dice: ´´El Pueblo santo de Dios participa también de la función profética de Cristo, difundiendo su testimonio vivo sobre todo con la vida de fe y caridad y ofreciendo a Dios el sacrificio de alabanza, que es fruto de los labios que confiesan su nombre (LG 12)´´. Los profetas de ayer y hoy, actuaron en un tiempo y espacios determinados. Es decir, actuaron en un contexto social, político y religioso. El contexto económico, político, social y eclesial en el que actuó el beato Óscar Arnulfo, fue bajo una dictadura militar o Gobiernos militares, y un ambiente hostil de crisis política y social, que desembocó en la década de 1980 en la guerra civil de El Salvador, dejando una estela de odio de muerte y odio de sangre de 75 000 muertos y desaparecidos, según la Comisión de la Verdad para El Salvador. Las dictaduras militares, sean de derecha o de izquierda, son siempre insidiosas. En una dictadura militar, las instituciones ejecutivas, legislativas y judiciales son dominadas por unas fuerzas armadas. Así estaba El Salvador y varios países de América Latina en tiempos de nuestro mártir y profeta Óscar Arnulfo Romero.
Ante la situación que vivía El Salvador, monseñor Romero sintió compasión por su pueblo. Aunque era tímido, como tímido era el profeta Jonás. Algunos lo calificaron como un ´Jonás para América Latina´. Su corazón, cada uno de sus tejidos, era de un verdadero pastor y profeta. El verdadero pastor escucha lo que Dios ha escuchado siempre cuando su pueblo sufre: ´´Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos´´ (Éxodo 3,7).  Es así que su lema episcopal ´Sentir con la Iglesia´, se hizo vida en él y en el pueblo salvadoreño.
Ocupó la silla episcopal de la diócesis de Santiago de María, en el departamento de Usulután, el 15 de octubre de 1974. Monseñor Romero, de formación claretiana y jesuita que, como arzobispo de San Salvador, sufrió lo que unos llaman la ´evolución eclesiológica de Monseñor Romero´. Su punto de partida fue el asesinato del sacerdote jesuita Rutilio Grande, el 12 de marzo de 1977, cuando iba de camino hacia el Paisnal, Tonacatepeque. Romero fue nombrado el 3 de febrero de 1977 como IV arzobispo metropolitano de San Salvador, por el beato Pablo VI, tomando posesión canónica de esa amada grey el 22 de febrero del mismo año. Según sus biógrafos, a partir de esa histórica fecha, el ambiente en el ´Pulgarcito de América´ se tornó más tirante. Gobernaba el país el político y coronel Arturo Armando Molina.
Dice Wikipedia, la Enciclopedia libre, que el beato Óscar Arnulfo Romero fue ´célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos´. Sus homilías que eran transmitidas por radio ´YSAX – La voz del Buen Pastor´´, significó para monseñor Romero ´la niña de sus ojos´. Pues dicha emisora transmitió todas sus homilías. En sus homilías, Romero denunciaba lo que nadie, en ese tiempo, se atrevía a denunciar: los atropellos de los Gobiernos de Arturo Armando Molina y Carlos Humberto Romero. Únicamente él alzaba su voz para defender a su pueblo. Este y muchos otros testimonios escuchamos de viva voz del cardenal José Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de la arquidiócesis de San Salvador.
Monseñor Romero tenía muy incrustado en su corazón las célebres palabras del papa Pío XI: ´´La misión de la Iglesia no es desde luego política, pero cuando la política toca el altar, la Iglesia defiende el altar´´. Por su defensa en favor de su pueblo y sus constantes denuncias proféticas al Gobierno, algunos medios de comunicación social nacionales e internacionales, se encargaron de desdibujar la figura señera del beato Óscar Arnulfo Romero. Dichos medios insistían una y otra vez, de forma obsesionada y persecutoria, en destruir la figura del mártir y profeta, perdiendo totalmente la visión de conjunto de la noticia como interés informativo y formativo sobre la labor de monseñor Romero; informaban al pueblo salvadoreño, noticia huera, casi bazofia, noticias escritas con un espíritu mindundi. Hacían de sus medios impresos y en imágenes, páginas flumígeras con letras incendiarias en contra del pastor y mártir.
En sus homilías, el beato Óscar Arnulfo habló de temas como: la fe en Dios, el seguimiento de Jesús, el sentir con la Iglesia, la Doctrina Social de la Iglesia y el llamado perenne a la conversión. Como un tesoro inconmensurable y espiritual, el beato Óscar Arnulfo Romero, nos dejó alrededor de 200 homilías dominicales, sin contar las del día a día. Sus enseñanzas no han perdido el brillo de la novedad, pues en cada homilía está la palabra viva y eficaz de un pastor que se dejó guiar por la luz del Espíritu Santo. Sus homilías proféticas animaron y llenaron de esperanza a un  pueblo oprimido y deseoso de su liberación. La vigencia de cada homilía consiste en que la palabra era profética, y eso hizo el ´resonar de Dios´ en el pueblo sufriente. Su última homilía fue titulada la ´Homilía de fuego´, homilía sonora y vibrante, en la que gritó: ´´En nombre de Dios pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión´´. Romero predicó la paz, pero no a cualquier precio. Tomó decisiones responsables y definitivas por la causa del Reino de Dios.
El sacrílego asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, ocurrió un lunes 24 de marzo de 1980, al caer la tarde, en la capilla del Hospital ´Divina Providencia´ de San Salvador. El arzobispo Romero presidía la eucaristía; al iniciar la liturgia eucarística, es decir, la preparación y ofrenda de los dones, una detonación efectuada por el homicida, suboficial Marino Samayor Acosta, a quien le pagaron la cantidad de 114 dólares para realizar el magnicidio, impactó en el noble corazón del purpurado. El autor intelectual y cerebro de la operación: el mayor Roberto d'Aubuisson Arrieta. Nuestro mártir Romero y Galdámez muere cuando El Salvador era gobernado por la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG), que era un gobierno de facto.
A los treinta y cinco años de su martirio, Mons. Romero alcanzó la gloria de los altares. La ceremonia de beatificación del siervo y mártir de Dios, Óscar Arnulfo Romero, realizada el 23 de mayo del 2015, en la Plaza Salvador del Mundo, en San Salvador, fue presidida por el representante del papa Francisco, cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Causa de los Santos. Quien en pocas pinceladas dibujó perfectamente la recia personalidad del beato y mártir Óscar Arnulfo, con estas palabras en su bella homilía pronunciada ese memorable día: ´´¿Quién era Romero?  ¿Cómo se preparó al martirio?  Digamos ante todo que Romero era un sacerdote bueno, un obispo sabio, pero sobre todo era un hombre virtuoso.  Amaba a Jesús, lo adoraba en la Eucaristía, veneraba la Santísima Virgen María, amaba a la Iglesia, amaba al Papa, amaba a su pueblo.  El martirio no fue una improvisación sino que tuvo una larga preparación.  Romero, de hecho, era como Abraham, un hombre de fe profunda y de esperanza inquebrantable´´.
El papa Francisco, recientemente, firmó el decreto que permite la pronta canonización del arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero. El Salvador tendrá un santo. Latinoamérica tendrá un nuevo santo, la Iglesia contará con un nuevo intercesor. Hacemos nuestras las palabras de san Juan Pablo II: ´´Romero es nuestro, es de la Iglesia´´. Y él es, como dijo el cardenal Amato, ´´otra estrella luminosísima que se enciende en el firmamento espiritual americano.  Él pertenece a la santidad de la Iglesia americana´´.
La solemne ceremonia de canonización fue celebrada por el papa Francisco, el domingo 14 de octubre de 2018, en la bellísima Plaza de San Pedro, en la ciudad del Vaticano.
¡Viva el mártir y profeta de América Óscar Arnulfo Romero!


viernes, 15 de mayo de 2020

PATRIARCA SAN JOSÉ: EL OBRERO DE DIOS EN LA TIERRA Y EN EL CIELO


PATRIARCA SAN JOSÉ: EL OBRERO DE DIOS EN LA TIERRA Y EN EL CIELO (Colección Santos y beatos)


´´San José anuncia los prodigios del Señor, testimoniando la virginidad de María, la acción gratuita de Dios, y custodiando la vida terrenal del Mesías´´ (Benedicto XVI).

Al entrar en la iglesia de Los Dolores, Tegucigalpa, Honduras, a mano derecha, encontraremos el altar dedicado al patriarca san José, atribuido a Blas de Mesa (siglo XVIII). Dicho altar está embellecido por hermosísimas pinturas que hacen alusión a la vida del patriarca aquí en la tierra, junto a Jesús y María: los desposorios, la huida a Egipto y el llamado del santo patriarca a la Casa del Padre. La imagen de san José que se encuentra en dicho altar, desde el punto de vista de las bellas artes, es ´´preciosa y única´´. Es una talla de tipo colonial con rasgos perfectos; esta imagen es poseedora de una inigualable belleza artística, pero más bella es la misión que recibió el castísimo esposo de la Bienaventurada siempre Virgen María: ser el padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo, Redentor de nuestras vidas. Invocado por las Sagradas Escrituras como: ´´El servidor fiel y solícito, a quien el Señor puso al frente de su familia´´. Son muchos los feligreses que asisten a la iglesia de Los Dolores para visitar y contemplar la figura del dulce carpintero de Nazaret.
La persona con el noble oficio de carpintero, como bien es sabido, trabaja y labra la madera, ordinariamente madera común. Su objetivo es transformar la forma física de la madera para crear objetos útiles al servicio del ser humano, como, por ejemplo: muebles para el hogar, puertas, molduras, juguetes, escritorios, libreros, etc. Es interesante saber cómo era la vida de un carpintero en tiempos de Jesús, la mano de obra que realizaba y el tipo de madera que labraba. El tipo de madera de las tierras bíblicas que se utilizaba en ese tiempo para ser labrada era el boje, ciprés, cedro, roble, olivo, sicómoro (árbol donde se subió Zaqueo, el publicano rico que aparece en el Nuevo Testamento), y pino, entre otras. Los carpinteros de ese tiempo, debían ir al bosque para obtener tales maderas, pues no existían los aserraderos. ¿Qué trabajos realizaban los carpinteros en la época de Jesús? Labraban vigas para el techo de una casa, escaleras, puertas, ventanas, grandes armazones para pared, muebles, armarios, estantes, banquitos, sillas, mesas y cunas, que cubrían con barniz, cera o aceite. También elaboraban instrumentos para los que se dedicaban al trabajo en el campo: yugos, rastrillos, palas, arados, carruajes, carretillas, ruedas; que podían tener radios o ser simples discos macizos. De todo eso pudo haber realizado el padre putativo de Jesús. José fue un hombre muy trabajador.
Para aprender el oficio de carpintero en tiempos del Mesías Salvador, el candidato debía tener entre los 12 y los 15 años de edad cumplidos. La carpintería era concebida como un negocio familiar, donde el padre del hijo varón primogénito o menor, enseñaba el uso de un taladro de arco. El niño y joven Jesús de Nazaret debió de pasar horas enteras trabajando junto a su padre san José, conversando con él y aprendiendo sus conocimientos y oraciones como el tephiláh (canto u oración de alabanza), el shemá y otras oraciones propias de los judíos.
San José, ¿quién era? Si seguimos cuidadosamente la exhortación apostólica Redemptoris Custos (el Custodio del Redentor) de san Juan Pablo II, sobre la figura y la misión de san José en la vida de Cristo y de la Iglesia, firmada el día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, del año 1989, encontraremos afirmaciones muy iluminadoras sobre quién fue el patriarca san José. Dicha exhortación dibuja perfectamente la figura del esposo de la Virgen María, abriéndose la enseñanza con el siguiente texto evangélico: ´´José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados´´(Mt 1, 20-21).
En la exhortación del santo polaco, en ocasión del centenario de la Carta encíclica escrita por el papa León XIII, Quamquam pluries (Aunque muchas veces), san José es descrito como el ´´esposo de María´´. Dios, por medio del ángel, le confía la tarea de imponer el nombre de ´´Jesús´´ al niño, y de actuar como su padre terreno y depositario del misterio de Dios, ejerciendo el servicio de la paternidad. Es invocado como el ´´varón justo-el esposo´´, cuyo amor fue regenerado por el Espíritu Santo. San José junto con María simbolizan el misterio de la Iglesia, virgen y esposa. San José es el trabajador por excelencia. El título de ´´carpintero´´ lo recibe José por su oficio y gran amor por su familia confiada y trabajo. El trabajo abarcó toda la vida terrenal de san José. De la exhortación de Juan Pablo II aprendemos que la laboriosidad es una virtud por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios, Creador y Redentor. Por eso, el patriarca san José nos enseña como familia cristiana a santificar la vida diaria, realizando obras comunes, humildes y sencillas, como lo hizo él.
San José es considerado patrono de la Iglesia de todos los tiempos. El papa Pío IX imploró a san José como protector especial de la Iglesia, declarándolo ´´Patrono de la Iglesia Católica´´. En estos tiempos recios por los cuales pasa nuestra Iglesia, el papa Francisco nos enseña a invocar fuertemente a san José. Con su devoción particular al santo patriarca de Nazaret dormido, nos dice: ´´Yo quisiera también decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a san José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y tengo en mi escritorio una imagen de san José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de san José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema´´.
San José en el evangelio, corazón palpitante de las Sagradas Escrituras, aparece en las siguientes citas bíblicas: Mateo 1, 16; 18-25; 2, 13-15; 19-23; 13, 55; Marcos 6, 3; Lucas 1, 27; 2, 1-52; 3, 23; 4, 22; Juan 6, 42. El redentorista Basilio Caballero, experto en Sagradas Escrituras, en su libro LA PALABRA CADA DOMINGO, nos ilustra sobre san José con estas iluminadoras líneas, diciéndonos:
*San José conecta linealmente con la dinastía mesiánica no solo por razón del árbol genealógico sino, y sobre todo, por el dinamismo de la obediencia de su fe;
*José acepta una misión oscura, aunque fundamental en los planes de Dios sobre la salvación humana: ser el padre legal de Jesús, llamado mesías e hijo de David;
*En los primeros pasos de su matrimonio con María, José es sometido a prueba por Dios, y él da una respuesta incondicional de fe, aceptando el designio divino sobre su propia persona, tal como se lo revela el ángel del Señor;
*Su talla humana se agiganta desde la fe que lo animó;
*En el lenguaje bíblico decir de una persona que es ´´justo y bueno´´ es decirlo todo: justicia y santidad según Dios;
*José muestra gran respeto ante el misterio de Dios, operado en María; fidelidad a toda prueba de un hombre que se fía de Dios; y,
*José: vacío de sí mismo y laboriosidad sin protagonismos; y sobre todo, disponibilidad absoluta, fruto de la obediencia de su fe, para la vocación de servicio y la misión que el Señor le confía: ser el padre legal de Jesús, como esposo que era de María.
         San José en la Patrística. Se entiende por patrística: ´´El estudio del pensamiento, doctrinas y obras del cristianismo desarrollados por los Padres de la Iglesia, que fueron sus primeros autores durante los siglos I y VIII d.C. La palabra patrística deriva del latín patres, que significa ‘padre’´´. Bellamente presentan la figura de san José los siguientes Padres de la Iglesia: san Ireneo, Orígenes, Teodoro de Heraclea, san Basilio Magno, san Juan Crisóstomo, Cromacio de Aquileya, san Jerónimo, san Agustín, Teódoto de Ancira, Teodoreto de Ciro, Pedro Crisólogo, y san Beda el Venerable. La Dra. Deyanira Flores, en su Curso de Mariología, recoge sabiamente el pensamiento sobre el dulce y humilde patriarca san José por estos grandes pensadores de la Iglesia. He aquí algunas frases:
*José, presente en la economía divina, cuida de Cristo;
*La virginidad de María fue escondida al príncipe de este mundo (Ef. 19), mantenida escondida gracias a José, fue mantenida escondida gracias al matrimonio, mantenida escondida porque se pensaba que María estaba casada;
*La importancia del empadronamiento con el que cumplió José;
*Jesús obediente a san José;
*Jesús concebido por obra del Espíritu Santo; bajo el cuidado de José;
*José cuidaba de Jesús como si fuera su padre.
         En la Liturgia de la santa madre Iglesia católica y apostólica, san José es recordado el 19 de marzo, 1 de mayo y el IV Domingo de Adviento, Ciclo (A). En este domingo el evangelio presenta ´´las dudas de José el justo´´ o ´´el anuncio del ángel a José´´. Siguiendo a Basilio Caballero, este nos dice que José aparece ´´con una caracterización peculiar: asombro, duda y perplejidad, hasta el punto que ha tomado una decisión extraña: repudiar a María en secreto, sin denunciarla´´. ¿Qué dice el texto? Dice Mateo 1, 18-25: ´´La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús´´.
En este punto hemos de ser muy enfáticos y sólidos en doctrina. Si José hubiera creído culpable a María, entonces la hubiese denunciado legalmente. Y si creyó que era inocente, ¿por qué decidió repudiarla en secreto? La duda de José consiste, según los entendidos de la Palabra de Dios, en esto: José no entiende el misterio de la encarnación del Hijo de Dios en el vientre purísimo de María. Él, humildemente, no quiere interferir en planos divinos de Dios y por eso decide retirarse de la escena. José nunca dudó de la integridad de su esposa, María de Nazaret. Es el ángel del Señor quien le explica el misterio obrado por Dios en María. El ángel le confirma que la maternidad de la Virgen María es obra únicamente de Dios. José hizo lo que el ángel le mandó; es decir, confió y obedeció, superando la prueba que hizo brillar más su fe en el Dios de sus padres, Dios de Israel y de su fe inquebrantable. Por eso, san José es presentado en el IV Domingo de Adviento como modelo de fe para todo cristiano. Esa es la vocación y misión del patriarca José. Esta obediencia de José de Nazaret, es representada bellamente en el icono de la Natividad de Francisco José Gómez Argüello Wirtz, más conocido como Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, quien lo explica así: ´´En la parte inferior, a la izquierda del icono, José está sentado, pensativo y triste. Su cabeza apoyada en su mano izquierda, se deja llevar por su miedo y su indecisión. ¿Habría que oponerse a la realización del plan divino? De pie, cerca de José, se encuentra un anciano vestido de pastor. La tradición lo veía como el diablo que intentaba convencer a José para quedarse fuera de todo lo que pasaba, pero José, como hombre de fe, termina por obedecer y entrar en el plan de Dios, cuando el ángel le dijo en su sueño: «no tengas miedo»´´.
         ¿Y san José?, ¿fue también virgen san José? Por mucho tiempo (Edad Media, Medievo o Medioevo), se presentó la figura de san José como un venerable anciano y viudo. San Jerónimo de Estridón o, simplemente, Jerónimo (420), el que tradujo por encargo del papa Dámaso I la Sagrada Biblia del griego y del hebreo al latín, y uno de los cuatro grandes padres latinos, en uno de sus tan valiosos escritos, afirma lo siguiente: ´´Yo digo aún más, que el mismo José era virgen por María, que de un matrimonio virginal nació un hijo virgen. Porque si como hombre santo no cae bajo las acusaciones de fornicación, y en ningún lugar está escrito que él tenía otra esposa, pero era el guardián de María con quien debía casarse en lugar de su esposo, la conclusión es que aquel quien se consideró digno de ser llamado el padre del Señor, permaneció virgen´´. El inmenso san Agustín de Hipona (430), al escribir sobre el matrimonio de María y José, dice: ´´Si José no hubiese sido virgen, Dios no le hubiese dado en manera alguna por esposa a la Virgen, su madre. Y esto por una razón muy sencilla; porque si no hubiera sido virgen, hubiera podido atentar contra la virtud de María´´.  San Beda el Venerable (735), afirma: ´´José se mantuvo siempre y de un modo absoluto inmune de todo trato conyugal´´. En el grupo de los Eclesiásticos, tenemos a santo Tomás de Aquino (1274), en su Suma teológica (Summa Theologiae), dice: ´´Se debe creer que José permaneció virgen, porque no está escrito que haya tenido otra mujer y la infidelidad no la podemos atribuir a tan santo personaje´´. Y en este nuestro tiempo, san Juan Pablo II se nutre de la doctrina antiquísima y riquísima a la vez, y nos recuerda: ´´José y María, precisamente en vista de su contribución al misterio de la Encarnación del Verbo, recibieron la gracia de vivir juntos el carisma de la virginidad y el don del matrimonio´´.
         San José tiene varios patronazgos en la santa Iglesia católica. De este patronazgo se desprenden dos características: hombre de fe robusta y firme vocación de servicio a la misión que se le ha confiado. Ser patrono significa ser custodio, protector, modelo y guía en cuanto al seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo. San José es cabeza de la Sagrada Familia, la primera iglesia doméstica. Es el esposo de María, la madre del Señor, y padre legal de Nuestro Señor Jesucristo. San Juan XXIII explicaba que esa ´paternidad putativa´ de José, se prolonga a toda gran familia cristiana; es decir, la Iglesia que Cristo fundó. La vocación especial de José de Nazaret estuvo al servicio del plan salvador de Dios, siendo modelo de servicio a la misión encomendada por el mismo Dios y revelada por el ángel.
         Grandes patronazgos de san José:
*Nombrado santo patrono de la Iglesia universal por san Juan XXIII, quien recoge el sentir de la tradición eclesial y del santo pueblo de Dios;
*Es patrono de los seminarios de toda la Iglesia universal y de las vocaciones sacerdotales, diocesanas y religiosas. San José protege y bendice las vocaciones sacerdotales y misioneras;
*San José trabajador incansable, como lo vimos al inicio de este escrito. Él es modelo perfecto, porque trabajó día a día junto a su esposa, la Virgen María;
*San José es patrono universal de la familia cristiana, modelo de esposo, de padre, de jóvenes y defensor de los derechos de la mujer y de los niños;
*San José es el fiel protector de la buena muerte. Algunos santos afirmaban que la muerte de los devotos de san José es sumamente tranquila y suave;
*Numerosas congregaciones religiosas, sobre todo de rama femenina, que se han puesto bajo el patronazgo de san José.
Grandes santos y beatos fueron muy devotos de san José: san Pedro Damián, san Bernardo, santa Teresa de Jesús, san Roberto Bellarmino, san Francisco de Sales, san Luis María Grignion de Montfort, san Alfonso María de Ligorio, san Pedro de San José de Betancur, san Juan XXIII, san Pablo VI, san Óscar Arnulfo Romero, beata Encarnación Rosal y beata María Romero Meneses, quien tan bellamente y devotamente se refería al señor san José. Santa Teresa de Jesús exhortaba a la devoción a san José y lo proponía como maestro de oración.
San José es amado por la cristiandad católica. En su honor con amor y devoción se han levantado bellísimos templos. Uno de los más significativos es la basílica Oratorio de San José del Monte Real en Montreal, Québec. Una mención especial se merece el Santuario de Kalisz en Polonia. Otro es el Real Santuario de San José de la Montaña en Barcelona. En Francia está el Santuario de Bessillon, donde se dio la única aparición de san José reconocida en la historia de la Iglesia. Y en América Central, se encuentra la Catedral Metropolitana de San José en Costa Rica.
San José en las Bellas Artes y la Teología. En 2012, el sabio papa emérito Benedicto XVI, decía a los miembros de las Academias Pontificias lo siguiente: ´´Que la belleza de la fe no puede ser nunca un obstáculo para la belleza artística, ya que constituye su linfa vital y su último horizonte´´. En esa ocasión, Joseph (José) Ratzinger, decía que el artista puede ser testigo privilegiado de la belleza de la fe, y que podía participar con su contribución en la misión y en la vocación de la Iglesia. ´´A realizar obras de artes directamente unidas con la experiencia de la fe y con el culto, con la acción litúrgica de la Iglesia´´. Para el otrora pastor de la Iglesia universal, ´´la fe no puede ser nunca obstáculo para el arte´´, expresó Benedicto XVI. Existen verdaderas obras de arte de gran belleza en las que se ha plasmado la vida, obras y milagros concedidos por san José. Es meritorio mencionar la pintura de San José y el Niño de Doménikos Theotokópoulos, conocido como el Greco. Y de las disciplinas de la Teología, son conocidas la cristología y mariología; pero, también existe la ´Josefología´. Santos y escritores han derramado mucha tinta al escribir sobre la figura de san José en el plan divino de Dios. Cabe mencionar la obra José de Nazaret-El hombre de confianza, de Bernard Martelet, que ya lleva su quinta edición. San José es la figura de mucho interés teológico durante varios siglos. Sin embargo, es a partir del siglo XX, cuando se empieza a recoger documentación valiosa acerca de san José, convirtiéndose dichos estudios en una disciplina más de la Teología: la josefología.
Obedeciendo la indicación de la santa andariega Teresa de Ávila, al terminar este escrito, me encomiendo a san José con esta oración de san Alfonso María de Ligorio al dulce patriarca de Nazaret:
Santo Protector mío, por aquella pronta obediencia que siempre tuviste a la voluntad de Dios, obtenme de tu Jesús la gracia de obedecer perfectamente los mandatos divinos, y, en el viaje que hace mi alma a la eternidad en medio de tantos enemigos, el no perder más la compañía de Jesús y de María hasta el último instante de mi vida, y la misma muerte, me serán dulces y queridos. Amén.


COVID-19: LA ENFERMEDAD LETAL QUE ESTACIONÓ AL MUNDO


COVID-19: LA ENFERMEDAD LETAL QUE ESTACIONÓ AL MUNDO (Colección Temas varios)
         


´´Días tristes, nos cuesta estar muy solos.
Buscamos mil maneras de vencer la estupidez.
Meses grises, es tiempo de escondernos.
Tal vez sea la forma de encontrarnos otra vez´´
(Lucía Gil, cantante española).

La República Popular China es uno de países con mayor población sobre la faz de la Tierra. Una de sus ciudades más emblemáticas e importantes es Wuhan, con 11.08 millones de habitantes, capital de la provincia de Hubei, en la parte central del país, bañada por el río Yangtze. Es una ciudad histórica, de vieja cultura trimilenaria de Asia Oriental. Esta ciudad fue por un tiempo capital del país. Actualmente, es una ciudad con mayor proyección política, económica, financiera, comercial, cultural y educativa de la China roja. Histórica por la batalla de Wuhan, y conocida mundialmente, cobrando gran notoriedad, porque en ella se originó la enfermedad del nuevo coronavirus, conocida científicamente como COVID-19. El epicentro fue el Mercado Mayorista de Mariscos, ubicado al sur de Wuhan. Brote que dio lugar a una pandemia universal de neumonía, causando la muerte de 228.154 personas, 3.144.980 infectados en todo el mundo, hasta el 30 del mes de abril de 2020. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que una pandemia es la propagación mundial de una nueva enfermedad, en este caso, el virus mortal del nuevo coronavirus.
En los días duros y grises de la pandemia, gobiernos de todo el mundo, exceptuando a los de Nicaragua y México,  que actuaron con la mayor irresponsabilidad e indolencia, tomaron medidas urgentes muy parecidas para ayudar a la población a no contagiarse del nuevo coronavirus. En varios países de nuestra América Latina, las autoridades sanitarias pidieron a sus habitantes que se quedaran en sus casas, el sentido del confinamiento no era otro que salvar el mayor número de vidas posibles, el cierre preventivo de centros educativos, suspensión del calendario electoral (Bolivia), cierre de las fronteras terrestres, marítimas y fluviales, suspensión de viajes al extranjero para empleados públicos y demás ciudadanos, estado de excepción, toque de queda, cuarentena nacional o absoluta, prohibición del ingreso de extranjeros, cierre temporal de los establecimientos comerciales, excepto supermercados, farmacias, centros médicos y establecimientos para la venta de productos de salud. La Organización Mundial de la Salud por medio de los más de 190 Estados Miembros y de todos sus delegados, recordaba una y otra vez a la población las medidas para no contagiarse: ´´Evitar el contacto cercano con personas enfermas. Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavarse. Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón por al menos 40 segundos. Usar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol si no hay agua y jabón disponibles. Si está enfermo, para prevenir la propagación de la enfermedad respiratoria a los demás, debería quedarse en casa. Cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y luego tirarlo a la basura. Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que se tocan´´.
Pero ¿qué es la enfermedad COVID-19? La descripción que hace la OMS es la siguiente: ´´La enfermedad del coronavirus 2019 (Covid-19) es una afección respiratoria que se puede propagar de persona a persona. El virus que causa el Covid-19 es un nuevo coronavirus que se identificó por primera vez durante la investigación de un brote en Wuhan, China (…) Es probable que el virus que causa el coronavirus Covid-19 haya surgido de una fuente animal, pero ahora se está propagando de persona a persona´´. Los síntomas son fiebre, tos y gran dificultad para respirar. ¿Y su origen?
La humanidad entera vivió en carne propia y fue espectadora de la primera pandemia mundial en tiempo real a través de los medios de comunicación y redes sociales. En cuanto a la génesis del virus, las hipótesis versan sobre las siguientes suposiciones con variadas argumentaciones: castigo divino o una plaga anunciada en los sublimes escritos bíblicos (en América Latina comenzó en Cuaresma), arma biológica, hecha desde la interminable lucha política o ideológica de algunos jefes de Estado (muchos sostienen que el virus es un arma biológica de EE.UU. y China para dominar el mundo. Se afirma que el virus fue creado, manipulado genéticamente. La famosa Dra. Chinda Brandolino, afirma que el virus se patentó en un laboratorio del Reino Unido), y la más común o difundida, es la del murciélago grande de herradura chino (Rhinolophus ferrumequinum), considerado el sospechoso principal de ser el vector del brote universal de la COVID-19.
Los historiadores reseñan en sus voluminosos libros y documentales las diferentes pandemias y pestes que han azotado a la humanidad, comenzando con la viruela, la plaga de Atenas, el cólera, la peste antonina, la plaga de Justiniano, la fiebre amarilla, la gripe porcina, la gripe asiática, el ébola, virus de transmisión sexual VIH/Sida hasta la COVID-19 en estos días de nuestro siglo presente. Afirman que las pestes y pandemias han puesto en peligro la supervivencia de la raza humana. Ante esta pandemia del coronavirus, vivimos una emergencia mundial. Única quizá. Hemos sido corresponsables los unos de los otros. Nos dimos cuenta que no somos ´´islas´´ aisladas. Que estamos interrelacionados, y que la salud personal dependió de los otros, y la de los otros de la personal. Sentimos miedo. Miedo como lo sintió el pueblo hebreo antes de salir de Egipto hacia la Tierra Prometida. Miedo como el de los apóstoles encerrados en sus casas por la ira de los judíos. Miedo como el de los primeros cristianos en las catacumbas por la persecución de los romanos. Pero también experimentamos que el gran concierto de naciones estuvo más cercano en toda su historia.
Ciertamente, esta pandemia mundial ha golpeado fuertemente todos los ámbitos de la sociedad. La humanidad no será igual después de la pandemia… La economía y los mercados recibieron un golpe bajo y muy fuerte. En otras palabras, la economía mundial se enfila por el camino del despeñadero de la gran recesión jamás vista en la historia de los mercados financieros. Por ello, hoy más que nunca, estamos llamados en carácter de urgencia a hacer una reflexión  sobre el impacto moral, económico y social de la pandemia. El coronavirus también tocó nuestra fe, y ojalá no una fe infantil y divorciada de la razón. Razón y fe van siempre de la mano. A la luz de la fe, descubrimos que después de esta pandemia, hemos de ser más humanos, más solidarios, más fraternos. La ambición desmedida de muchos hombres y mujeres por tener más y más dinero a costa de lo que sea, no tiene ningún sentido. Con  el coronavirus fuimos seres más vulnerables y débiles. Todos nos podíamos enfermar. Todos, sin excepción alguna.
En realidad, somos seres que necesitamos de cuidado, de muchísimo cuidado. Han sido impresionantes los videos que circulaban en los medios de comunicación y redes sociales de actos verdaderamente humanos, ungidos con el óleo de la solidaridad y fraternidad, actos ni siquiera vistos en tiempo de Navidad, que es una temporada en la cual vemos más actos de amor en favor de los más desprotegidos.  El ingenio y la creatividad del ser humano se disparó a un ciento por ciento. Tan metidos en nosotros mismos, atrapados por tantos dispositivos con las mil y una aplicaciones, dejamos de ser creativos e ingeniosos. Nos subimos al tren trepidante de la vida, el cual ensordece nuestro ingenio.
La música, la buena música con mensajes esperanzadores llenaron la escena gris que envolvió la pandemia. La canción Volveremos a brindar, de la cantante española Lucía Gil, se convirtió en el gran himno en tan terrible tiempo de peste. Poemas y escritos plasmaron en cada de una de sus letras sentimientos de apoyo y ánimo. Varios cantantes famosos ofrecieron conciertos desde sus casas y los transmitían a través de Instagram y otras redes sociales. Las redes explotaron con videos muy graciosos de los famosos desde sus casas. Escritores de alta talla literaria, como mi paisano Sergio Ramírez Mercado, por medio de Twitter prepararon eventos que versaban sobre la crisis sanitaria de la COVID-19.
Decía más arriba, que los planos desde donde más se discutió o se reflexionó  sobre el letal virus, fueron el plano político y religioso. En el plano religioso, varios teólogos escribieron sobre la pandemia. Los artículos de Víctor Codina (para mí el mejor), Leonardo Boff, Michael P. Moore, Timothy Radcliffe y José Antonio Pagola, iluminaron el tema de la peste desde diferentes puntos: la bondad de Dios que escucha las oraciones del que sufre, revisar el modo de habitar la Casa Común, el aprender a moderar el consumismo exacerbado, el Dios de la vida y no de la muerte, el ciberespacio que nos acerca, buscar todas las formas posibles para predicar el Evangelio en medio de la pandemia, somos una sola comunidad humana, el no caer en una actitud fideísta y el más allá. Varios teólogos se preguntaban sobre el origen de la COVID-19. El teólogo Michael P. Moore responde sobre el origen del virus: ´´El COVID-19 existe porque también los virus forman parte de un mundo finito y en evolución: de la única manera que podría haberlo hecho un Creador. El freno de este flagelo depende del descubrimiento de la vacuna necesaria, y esto es obra y responsabilidad del hombre, no de Dios´´. Algunos especialistas advierten que la vacuna podría causar daños terribles…
Y los pastores de la Iglesia católica, ¿qué dijeron? ¿Los obispos, qué afirmaron? ¿Qué dijo el papa de Roma? ¿Cómo respondieron ante la dura y fría pregunta de muchos sobre si Dios ha abandonado a la humanidad en esta pandemia?
Cuando nuestro Señor Jesucristo se encontraba en el suplicio de la cruz, sobre el Gólgota, gritó al Padre Dios, a su Buen Padre Dios con estas palabras que consigna el apóstol y evangelista san Mateo: ´´Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»´´(Mateo 27, 45-46). ¿Es que Dios abandonó a su propio Hijo? Si abandonó a su propio hijo, ¿qué nos espera a nosotros, que somos sus hijos en adopción? San Pablo, el apóstol de los gentiles, dice: ´´Eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad´´ (Efesios 1,5). Con la expresión ´´¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?´´, Jesucristo, el Hijo de Dios, hace suyas las palabras con la cuales se abre el salmo 22. Jesús, como buen judío, conocía muy bien este hermoso salmo. Según los entendidos de la Palabra de Dios, este salmo es una oración sincera, es un lamento doloroso, en el que el salmista pide socorro, experimenta el silencio de Dios y su ´aparente´ ausencia. La cuarta palabra que Cristo Jesús pronunció en la cruz, ha sido comentada por muchos teólogos y especialistas bíblicos. El papa emérito Benedicto XVI, comentó esta palabra diciéndonos lo siguiente: ´´Es una llamada dirigida a Dios que parece lejano, que no responde y que parece haberlo abandonado (…) Expresa toda la desolación del Mesías, Hijo de Dios, que está afrontando el drama de la muerte, una realidad totalmente contrapuesta al Señor de la vida (…) Abandonado por casi todos los suyos, traicionado y renegado por los discípulos, rodeado por los que le insultan, Jesús está bajo el peso aplastante de una misión que debe pasar por la humillación y el aniquilamiento. Por esto grita al Padre y su sufrimiento asume las palabras dolientes del Salmo (…) No es un grito desesperado, como no lo era el del Salmista, que en su súplica recorre un camino atormentado que llega finalmente a una perspectiva de alabanza, en la confianza de la victoria divina (…) Ante ellos, el salmista pide socorro, en un grito que abre los cielos, porque proclama una fe, una seguridad que va más allá de toda duda, de toda oscuridad y de toda desolación. Y el lamento se transforma, deja lugar a la alabanza en la acogida de la salvación´´.
Es importante aclarar, que Jesucristo no se sintió abandonado de su Padre Dios. Él experimentó en la hora de la salvación la presencia de Dios a su lado. Como hombre verdadero, experimentó el dolor y la angustia normal de cualquier ser humano. Experimentó en ese momento del suplicio la inmensa soledad al verse abandonado por todos los suyos: familiares, amigos y discípulos más cercanos. Infinita soledad. En ese momento cumbre de su vida sintió la soledad, pero más que sentirse abandonado por su Padre Dios, se sintió abandonado por el género humano. Por eso, el salmo 22 que recitó Nuestro Señor Jesucristo en la cruz no fue un grito de desesperación, sino de confianza en las manos providentes del Dios amor.
Y cuando muchos gritaron en medio de la pandemia del coronavirus que Dios nos abandonó, ¿cómo debió entenderse este grito? ¿Abandonó  Dios a la humanidad? Nos preguntamos nuevamente. La humanidad estaba profundamente asustada. En una de las  intervenciones en su canal de YouTube, al momento de orar, Mons. Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, decía que a Jesús, el  Hijo de Dios, le gusta escuchar nuestros lamentos. Debe ser nuestra oración cotidiana. Que la humanidad a la que ama Dios, y por la que se entregó a la muerte se enfermó. Esa humanidad se dio cuenta que habían descuidado muchas cosas importantes, y que en ese momento se sentía frágil y pequeña. Tenía miedo, estaban exhausta y asustada. Así pues, clamó a Dios pidiendo que no la abandonara.
El 27 de marzo, el papa Francisco, desde una plaza de San Pedro totalmente vacía y fría, cubierta de una leve lluvia, como signo de vida, impartió al mundo entero una bendición extraordinaria Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y al mundo) para hacer frente a la pandemia de la COVID-19. Esta bendición se imparte normalmente sólo dos veces al año: el Domingo de Resurrección y el día de la Natividad del Señor. Teniendo como texto evangélico el de Marcos 4,35-41: ´´La tempestad calmada´´, el papa dio una palabra esperanzadora a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Televisoras, radios y redes sociales del mundo entero siguieron al papa Francisco con suma atención. Las frases más significativas del mensaje esperanzador del primer papa latinoamericano, fueron: ´´La tempestad desenmascara nuestra debilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades (…) Nos hemos mantenido imperturbables, pensando mantenernos sanos en un mundo enfermo (…) Nos dimos cuenta que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero al mismo tiempo, necesarios e importantes, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente(…) En tiempos de sufrimiento, entendemos el llamado de Jesús que todos sean uno (…) La oración y el servicio silencioso son nuestras armas (…) Jesús trae serenidad en nuestras tormentas (…) En su cruz hemos sido salvados; tenemos un timón (…) Abrazar su cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades de nuestro tiempo (…) Abrazar al Señor es abrazar la Esperanza (…) No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no es (…) Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza´´. Esa experiencia vivida en la bendición extraordinaria Urbi et Orbi, debe quedar incrustada en nuestros corazones para toda la vida y comunicarla a las generaciones futuras como un verdadero memorial.
La pandemia de la  COVID-19 obligó a cerrar las puertas de los templos de la Iglesia católica en todo el mundo, pero no logró cerrar las puertas de los corazones de la Iglesia doméstica. La Iglesia es la gran familia de Dios formada por muchas familias en el mundo entero. Es la Iglesia doméstica el origen y la base de las primeras comunidades cristianas y de la Iglesia universal. Los cristianos católicos del siglo XXI experimentamos vivir la fe como la vivieron los primeros cristianos que celebraban en sus casas. San Pablo, en una de sus cartas saluda a los cristianos reunidos en casa para celebrar su fe con estas palabras: ´´Saludad también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saludad a mi querido Epéneto, primicias del Asia para Cristo´´ (Romanos 16,5). Para el apóstol de los gentiles el hogar es el lugar donde se reúne la comunidad eclesial, en la que reside la plenitud de la Iglesia que Jesucristo fundó. Aquellos primeros cristianos aprendieron a ser cristianos desde sus casas. Así lo leemos en el Catecismo de la Iglesia católica: ´´Desde sus orígenes el núcleo de la Iglesia estaba a menudo constituido por los que, ‘con toda su casa’ habían llegado a ser creyentes´´(CIC 1655). En el evangelio del Espíritu Santo, el libro de los Hechos de los Apóstoles, leemos cómo deseaban salvarse en Cristo Jesús todos, sin excepción, principalmente los miembros de sus casas: ´´Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa´´ (Hechos 16, 31).
La Cuaresma y Semana Santa 2020 serán únicas en la vida de todos los cristianos católicos. Cuando se decretó la cuarentena en varios países, se pensaba que la Semana Mayor iba a ser trasladada a otra fecha. Se preguntaban: ¿cuándo será la Semana Santa? La Congregación del Culto Divino y de los Sacramentos contestó saliendo al paso inmediatamente en Decreto titulado ´´En tiempo de COVID-19´´, lo siguiente: ´´La Pascua, corazón del año litúrgico, no es una fiesta como las demás: celebrada durante tres días, el Triduo Pascual, precedida por la Cuaresma y coronada por Pentecostés, no puede ser trasladada´´. Contestó el cardenal Robert Sarah, prefecto de dicha Congregación. Por ello, el papa Francisco y las Conferencias Episcopales del mundo entero, en comunión con él, invitaron al Pueblo de Dios a vivir la Semana Santa en sus hogares, como lo hicieron aquellos cristianos en los albores radiantes de la fe cristiana: vivir la fe como Iglesia doméstica.
Desde las diócesis, parroquias, casas religiosas, conventos y monasterios se transmitieron los oficios santos litúrgicos y actos devocionales de la Semana Santa, octava de Pascua y días subsiguientes. Todo el ingenio y creatividad de obispos, sacerdotes, diáconos y religiosos inundaron las redes sociales como Facebook Live, Twitter, Instagram, YouTube, Google Duo, Zoom y Tik Tok, en las que transmitieron la santa misa, catequesis, charlas, consejos, canciones, lectio divina y otras actividades para proclamar la triunfante resurrección de Nuestro Señor Jesucristo a todo el mundo. Hasta el buen humor estuvo presente… Reímos como niños con tanta creatividad. A millones de católicos nos gustó ver al papa Francisco compartiendo la situación de la COVID-19 a través de las redes sociales y programas televisivos. Cuánto gustó y sorprendió a la vez la confesión del papa argentino a Jordi Évole en las redes sociales, en el programa ´´Lo de Évole´´. Jordi le preguntó al papa: ´´En una situación como la crisis por coronavirus, ¿se pueden tener crisis de fe?, ¿hasta un papa puede poner en duda la existencia de Dios?´´, y el papa le contestó: ´´He tenido mis crisis de fe y las he resuelto por la gracia de Dios. Pero nadie se salva del camino común de la gente, que es el mejor camino, el más seguro, el concreto. Y eso nos hace bien a todos´´.
Pienso, que el mundo ya no será igual. Hay un antes y un después de la pandemia de la COVID-19. De esta gran crisis sanitaria hemos de transformar lo negativo en positivo, porque es esencial para nuestro bienestar personal y comunitario. De esta pandemia mundial hemos de entresacar una catequesis de vida y amor. No podemos seguir siendo iguales que antes. La vida continúa de modo diferente. Nos dimos cuenta de que la vida es un instante. Que nos necesitamos los unos a los otros, y que nuestra vida descansa en Dios y en su Madre, la Virgen.

´´La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto, el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan, y los humanistas en primer lugar, porque no han tomado precauciones´´(Albert Camus, La peste, 1947).