El niño de Masatepe, que llegó a
ser Premio Cervantes (Colección Temas varios)
Saludé
por primera vez a don Sergio Ramírez Mercado en 1998, en la antigua catedral de
Managua. Alfaguara eligió la dañada catedral por el terremoto de 1972, para
presentar un libro más de Sergio Ramírez: Margarita,
está linda la mar. Según un medio
de comunicación social, asistimos al importante evento literario, unas 3.000
personas. ¡Vaya afluencia en el antiguo recinto catedralicio! En ese año, la
Editorial Alfaguara galardonó a dos grandes escritores latinoamericanos con el
Premio Alfaguara de Novela: Eliseo Alberto de Diego García Marruz, con Caracol Beach y Sergio Ramírez, con Margarita, está linda la mar. Cabe mencionar que dicha editorial
es una de las más importantes de España y América Latina; su fundador es el
gran Camilo José Cela Trulock, autor de las célebres novelas La colmena y La familia de Pascual Duarte.
El
Premio Alfaguara de Novela para don Sergio Ramírez, causó alegría en el corazón
de miles de lectores nicaragüenses. Todos pensamos y dijimos a una voz: ´´Nuevamente
el mundo vuelve a leer a un escritor nicaragüense´´. ¡Y qué escritor! Esa alegría,
pero más intensa aún, sentí estando en Bogotá, Colombia, cuando en noviembre
del 2017, se anunció al mundo que el ganador del Premio de Literatura en Lengua
Castellana Miguel de Cervantes, era Sergio Ramírez Mercado. Con esta alta
distinción, el escritor nicaragüense se convierte en el primero en su patria y de
toda América Central, en ser laureado con tan alto reconocimiento en el vasto
firmamento de las letras castellanas. Este reconocimiento es el galardón
literario más importante en lengua castellana, considerado como el Nobel de
Literatura en castellano. El premio otorgado a Ramírez Mercado fue un eco
mundial en los medios de comunicación y redes sociales. Recuerdo que el anuncio
del Premio Cervantes 2017, fue noticia y muy notoria en los periódicos de El
Nuevo Siglo y El Espectador; este, es quizá el más leído en toda Colombia. ¿Y
en Nicaragua? La Prensa y El Nuevo Diario se hicieron eco de tan venturosa noticia.
En cuanto al Gobierno inconstitucional de Nicaragua, se guardó un sepulcral
silencio… No hubo ni el menor gesto de cortesía hacia el laureado escritor…
Sergio
Ramírez Mercado nació en Masatepe, Masaya, el 5 de agosto de 1942. Fue un año
común que comenzó en jueves, día que llenó de inmensa dicha a sus señores
padres: don Pedro Ramírez y de la profesora Luisa Mercado, quien le enseñó a
leer el Quijote. En ese año el vicario de Cristo era S.S. Pío XII. Ocupaba la
silla arzobispal, Mons. José Antonio Lezcano y Ortega. En Estados Unidos de
América, el presidente era Franklin D. Roosevelt. En España gobernaba el
generalísimo Francisco Franco Bahamonde. Nicaragua, era gobernada por Anastasio
Somoza García. La República de Costa Rica era gobernada por Rafael Ángel
Calderón Guardia. Y en ese mismo año, se vivía el conflicto militar global de
la Segunda Guerra Mundial. Ese era el panorama político y eclesiástico al nacer
Sergio Ramírez quien, en 1985, se convertiría por voto popular directo en el
vicepresidente de la República de Nicaragua.
A
la edad de doce años, encontramos al niño Sergio Ramírez realizando el oficio
de operador del cine de su tío Ángel Mercado. Anécdota que el escritor cuenta
con mucha gracia y agradecimiento. Oficio en el cual, según él, aprendió mucho
más que en la escuela misma. Con esa misma gracia, amor y gratitud, Sergio
Ramírez se refiere a su amada esposa, nombrándola cariñosamente Tulita,
hipocorístico sagrado para él; pues hasta el rey Felipe VI, en su discurso en
la entrega del Premio Cervantes, pidió permiso para nombrarla así. A sus
catorce años escribió su primer cuento: La
carreta Nagua, que se publicó en La Prensa Literaria. Y en 1963, a los
veintiún años publicó su primer libro, Cuentos.
Después vinieron más de cuarenta obras.
Al
igual que muchos nicaragüenses, a Sergio Ramírez le tocó emigrar como las
golondrinas hacia la vecina y linda Costa Rica. La dictadura somocista, con el
látigo implacable de la represión, golpeó a miles de nicaragüenses que, para no
ser alcanzados por tan sangrientos latigazos, huían del terruño que los vio
nacer, para respirar y vivir en libertad. Al respecto, el historiador Nicolás
López Maltez, estudioso de la dictadura sangrienta de los Somoza, dice que el
padre de ellos, es decir, Anastasio Somoza García, gobernó formalmente 16 años
en dos etapas: 1937-1947, la primera, y la segunda, entre 1950-1956, y a estas
etapas se le suman los años que gobernó desde el asesinato del general de ´´Hombres
Libres´´, Augusto Nicolás Calderón Sandino en 1934. Los dieciséis años de
dictadura somocista, dejaron huellas imborrables en la vida de nuestro
escritor. Huellas que encontramos en algunas de sus afamadas obras.
Me
pregunto: ¿qué labor realizaba Sergio Ramírez cuando estuvo exiliado durante
catorce años en Costa Rica? En la vecina Costa Rica nacieron sus tres hijos:
Sergio, María y Dorel. Ejerció como periodista y como secretario general del
Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA). Fue fundador de la
Editorial Universitaria Centroamericana. Doña Odette Navas, quien conoció a
Sergio Ramírez, nos cuenta que, cuando era bibliotecaria de don Franco Cerutti
(humanista y gran conocedor de la literatura centroamericana), tuvo la
oportunidad de atender en la biblioteca de Cerutti a Sergio Ramírez quien,
alegremente, participaba en compañía de otros escritores e historiadores,
rodeado de estantería valiosa para el mundo de las letras y de la historia, de
grandes y amenas tertulias literarias; así como lo hiciera en su tiempo, nuestro
inmenso Rubén Darío en los cafés literarios madrileños, con sus amigos Emilia
Pardo- Bazán y Ramón del Valle Inclán. Doña Odette Navas recuerda a Ramírez
como un hombre muy educado, cortés, amable, cultísimo y serio. Un gran señor,
dice Navas.
Sergio
Ramírez Mercado en el firmamento literario. Es bello contemplar el firmamento de
la literatura. ¿Y qué es la literatura? Los entendidos la definen como el arte
de la palabra, que utiliza la misma, como medio de expresión. Así como la
música utiliza el sonido como medio de expresión; la pintura, el color; la
danza, el movimiento; la literatura se vale de la palabra. Muchos literatos la
definen como una práctica humana, una construcción de naturaleza artística.
Otros afirman que es la manifestación de un pueblo que refleja su cultura. Su
finalidad es muy clara y compleja a la vez: transmitir ideas y sentimientos por
medio de la obra literaria de quien escribe a quien lee; es decir, del emisor
al receptor. El escritor, poeta y dramaturgo Oscar Wilde, decía que esta
disciplina tenía como fin la belleza, el arte por el arte. Porque la literatura
siempre buscará la belleza de la palabra. Es el lenguaje visual y verbal, es la
palabra escrita que refleja un pensamiento. Por ello dirá Samuel Jonhson: ´´El
lenguaje es el vestido de los pensamientos´´. La obra escrita de Ramírez
Mercado, como él mismo lo ha afirmado, es un espejo de la sociedad, de lo que
ha visto y vivido. Las obras de Sergio Ramírez son esa manifestación de un pueblo
que refleja su cultura. El nicaragüense se siente plenamente identificado con
sus exquisitos relatos y curiosos personajes. Es como entrar en la historia de
Nicaragua en la dimensión de las letras infinitas. En Tambor olvidado, Sergio recoge finamente las tradiciones
religiosas, la música, los instrumentos, las plegarias populares, la comida y
la lengua de nuestra tierra, de la influencia de la raza y cultura africana,
presentándonos una cantidad de vocablos de origen africano. Es por ello que Sergio
es literatura encarnada. Su pensamiento y gran creatividad literaria brillan con
gran fulgor entre los más grandes de la literatura hispanoamericana. Él forma
parte del gran mosaico literario de Hispanoamérica. En sus obras hay una fusión
perfecta entro lo real y ficticio, pues él escribe entre cuatro paredes, pero
con las ventanas abiertas…
La
crítica literaria sitúa a Sergio Ramírez Mercado entre la herencia de Miguel de
Cervantes Saavedra y de nuestro Rubén Darío. Podríamos afirmar que ha bebido y
alimentado del banquete exquisito de estos dos grandes e inmortales de las
letras castellanas. Aquel niño que nació en Masatepe, ´´poblado de venados´´ o
´´cerro de venados´´, hoy todo un señor de las letras, dedicó el Premio
Cervantes a los nicaragüenses asesinados en los primeros meses de este año
2018. Dijo al iniciar su discurso: ´´Permítanme dedicar este premio a la
memoria de los nicaragüenses, que en los últimos días han sido asesinados en
las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que
siguen luchando sin usar más que sus ideales, parque Nicaragua vuelva a ser República´´.
SS. MM el rey Felipe VI y la reina Letizia Ortiz, Mariano Rajoy Brey, entonces
presidente del Gobierno y los asistentes, irrumpieron en un caluroso y
elocuente aplauso en el recinto de la distinguida e histórica Universidad de
Alcalá de Henares. Sergio, en su discurso, vestido de frac, con un porte
solemne y majestuoso, pero humilde y vivencial, recibió el Premio Cervantes
2017, infinitamente agradecido con el rey Felipe VI por la distinción a él y a Nicaragua,
su ´´país de vientre pequeño, pero tan pródigo´´.
¡Gracias,
don Sergio! Gracias, niño de Masatepe, que llegó a ser Premio Cervantes.
¡Orgullo de Nicaragua!
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