lunes, 6 de julio de 2020

SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO: UN SANTO ´AL QUE LE DEBEMOS MUCHO´


SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO: UN SANTO ´AL QUE LE DEBEMOS MUCHO´  (Colección ´Santos y beatos CSSR´)


            El 1 de agosto se celebra la memoria litúrgica de uno de los más grandes santos de la Iglesia Católica y Apostólica: san Alfonso María de Ligorio, fundador de la Congregación del Santísimo Redentor o Misioneros Redentoristas (1732).
S. Alfonso es un santo universal, aunque quizá no muy popular. Le conocemos por su vida desbordada de virtudes heroicas y por sus obras: escritos, pintura y composiciones musicales. En el ciclo litúrgico del Tiempo de Navidad, en el que celebramos con gozo el Nacimiento del Señor, se escucha en toda Italia, un hermoso villancico cuyo autor de la letra y la música es san Alfonso: ´´Tu scendi dalle stelle´´ (´´Tu bajas de las alturas´´).  
                Fue un  27 de septiembre de 1696, que vio por primera vez la luz de este mundo un niño a quien bautizaron con los siguientes nombres: Alfonso María Antonio Juan Francisco Cosme Damián Miguel Ángel Gaspar de Ligorio, quien más tarde sería san Alfonso María de Ligorio, fundador, obispo, doctor de la Iglesia y patrono de confesores y moralistas. Nació en Marianella, cerca de Nápoles (Italia), en el seno de una familia cristiana, perteneciente a la nobleza napolitana. Sus padres, don José de Ligorio y doña Ana Cavallieri, supieron transmitir al niño  Alfonso los valores de la fe cristiana católica. Así fue creciendo san Alfonso, cuyo nombre significa ´que siempre está dispuesto a combatir´, hasta convertirse en uno de los santos más grandes de la Iglesia Católica que ha dado el siglo XVIII, y con justa razón  es llamado por Théodule Rey-Mermet  ´´El Santo del Siglo de las Luces´´.
                Sobre san Alfonso María de Ligorio se ha dicho y escrito copiosamente, pues su vida y obra siguen inspirando a tantos predicadores y  escritores que encuentran en la figura de este santo napolitano, algo nuevo que decir. Sin duda alguna, las características y cualidades de su recia personalidad, son dignas de destacar como ejemplo para quienes vemos en los santos  de Dios un modelo para  vivir  y seguir a Jesucristo nuestro Señor. Alfonso de Ligorio tiene mucho que decirle al hombre y mujer de este nuevo siglo y milenio; pero ¿qué puede decirle a los hombres y mujeres del siglo XXI, un hombre que nació a finales del siglo XVII?  Mucho. Pues el próximo 27 de septiembre del presente año 2016, se cumplirá el 320 aniversario del nacimiento de este gran santo y gloria de la Iglesia.
Benedicto XVI, hoy papa emérito,  en la Audiencia General del 30 de marzo del 2011, en la Plaza de San Pedro en Roma, presentó la figura de san Alfonso María de Ligorio como modelo de oración, reconociendo que es un santo ´´al que le debemos mucho´´. Benedicto XVI  resaltó los dones derramados por el Espíritu Santo en san Alfonso María. El Emérito dijo,  en aquella audiencia, frases y oraciones muy iluminadoras sobre este santo:
´´Su alma tenía sed de Dios y estaba deseosa de la perfección´´. ´´Muy culto y dotado intelectualmente´´. ´´Alfonso inició la evangelización y la catequesis entre los estratos más bajos de la sociedad napolitana, a la que gustaba predicar, y a la que instruía en las verdades fundamentales de la fe´´.
´´Con paciencia les enseñaba a rezar´´. ´´Fue una verdadera y propia fuente de educación moral´´.  ´´En 1732 fundó la Congregación religiosa del Santísimo Redentor, cuyos miembros fueron auténticos misioneros itinerantes´´.  ´´ Era ante todo un promotor de la oración (a él se debe la frase ´Quien reza se salva´, y también ´Dios no niega a nadie la gracia de la oración´), y dentro de ella, de la adoración eucarística´´. ´´Es el santo de la oración´´, afirmó Benedicto XVI.
Sin duda alguna, san Alfonso fue un hombre inspirado por el Espíritu Santo, quien confió en la providencia de Dios; esta confianza y fe lo llevaron  a la obediencia, porque ´´en la obediencia está la bendición´´. Amó con afecto muy especial a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de ´Santa María dei Monti´, a quien dedicó su obra muy leída ´Las glorias de María´, quizá la más conocida de sus 111 obras. Su fe y obediencia lo mantuvieron en unión fraterna con los pastores de la Iglesia, el Papa y los Obispos. Ese amor a la Iglesia y a sus  pastores, lleva a san Alfonso a reflejar en todo su ministerio apostólico los tesoros de la humildad y sencillez.         
Alguien, muy acertadamente, resumió la vida de san Alfonso con esta oración bien construida, y que, además, dibuja perfectamente la vida y obra de nuestro santo fundador: ´´hombre de una personalidad extraordinaria: noble y abogado; pintor y músico; poeta y escritor; obispo y amigo de los pobres; fundador y superior general de su Congregación; misionero popular y confesor lleno de unción; santo y doctor de la Iglesia´´.
El 1 de agosto de 1787, en Nocera de Pagani, Salerno, san Alfonso partió a la Casa del Padre, a la hora del rezo del ángelus, entregando su alma al Divino Redentor  y a su Madre Santísima. Tenía 90 años. Damos gracias a Dios por este gran santo de la Iglesia  ´´al que le debemos mucho´´.

               


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