SOR MARÍA CELESTE
CROSTAROSA: ESCRITORA, FUNDADORA REFORMADORA Y MAESTRA DE ESPIRITUALIDAD
¿DESCONOCIDA, INCOMPRENDIDA
O IGNORADA? (Colección Santos y beatos CSSR)
En el año de 1696, en la República del
Ecuador, América del Sur, el día domingo 30 de diciembre, se apareció la
Bienaventurada siempre Virgen María en el barrio de Guápulo, en la ciudad capital de Quito, a
quien llamaron Nuestra Señora de la Nube. En ese mismo año, allende los
océanos, en Italia, Reino de Nápoles, el día miércoles 31 de octubre, abrió sus
ojos a la luz de este mundo, por primera vez, la niña Julia Marcela Santa
Crostarosa, quien más tarde sería sor María Celeste Crostarosa, nombre que
adoptó al ingresar en el convento de la Visitación en 1724. Sus padres, don José
Crostarosa y doña Paula Battista Caldari, supieron transmitir a la niña y
jovencita Julia los valores de la fe cristiana católica. Así fue creciendo la
joven damita de la sociedad napolitana y muy acomodada Julia Crostarosa, hasta
convertirse en una de las mujeres más grandes de la Iglesia en Nápoles y de la espiritualidad cristiana que ha dado
el siglo XVIII; el siglo que disipó ´las tinieblas de la humanidad mediante las
luces de la razón´: el ´Siglo de las Luces´.
Esta gran mujer, grande como escritora,
fundadora, reformadora y maestra de espiritualidad, fue beatificada en Foggia.
Esta ciudad es la bella capital de la provincia que lleva su mismo nombre en la
región de Apulia, Italia. Tan hermosa es esa región que recibió los elogios
sonoros y vibrantes del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico
II de Hohenstaufen: ´´Si el Señor hubiera conocido esta llanura de Apulia, luz
de mis ojos, se habría quedado a vivir aquí´´. Desde esta ciudad se contempla
todo el norte y el este del mar Adriático. Dicha ciudad fue el escenario en el
que se realizó la ceremonia solemne de beatificación de la venerable sor María
Celeste Crostarosa, el 18 de junio del año 2016, en la basílica y catedral
María SS. Assunta in Cielo; y desde la cual escuchamos la fórmula de
beatificación que la proclamó bienaventurada, que está gozando de las delicias
del Paraíso y fue inscrita en el catálogo de los beatos de la santa Iglesia
católica y apostólica. La ceremonia de
beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos.
¿Llegó fuera de tiempo o prudencialmente
el evento de la beatificación de la venerable sor María Celeste Crostarosa?
Siendo ella contemporánea de san Alfonso María de Ligorio y de san Gerardo
María Mayela, san Alfonso fue canonizado en 1839 y san Gerardo en 1904. El
proceso de beatificación de sor María Celeste comenzó en 1879 por el papa León
XIII, en el segundo año de su pontificado. Han pasado 141 años. ¿Desconocida o
ignorada? Y no solo eso. Además fue incomprendida. Pues en toda Scala corría la
idea y se rumoraba que sor María Celeste era una monja muy propensa a
ilusionarse con demasiada facilidad; en una palabra: monja ilusa. María Celeste
Crostarosa, en varias ocasiones fue punto blanco de persecuciones y calumnias.
Ella misma escribió con honda tristeza y sumida en el dolor su experiencia: ´´Y
lo más doloroso era verse perseguida y calumniada por sus más queridos e
íntimos amigos, y censurada por siervos de Dios y personas de bien que hacían
esto por celo, creyendo obrar por gloria de Dios´´. Su sufrimiento llegó a un
nivel de exasperación cuando fue expulsada de uno de los monasterios donde
vivía, y privada de usar el hábito redentorista, el cual llevaba con humildad,
sencillez y con todos los derechos como fundadora de su congregación e
inspiradora de dos congregaciones.
Dos grandes rasgos se sesgan de la
personalidad de sor María Celeste Crostarosa: fundadora y escritora. Como
fundadora de la Orden del Santísimo Redentor o Madres Redentoristas, en el año
de 1731, en la solemnidad de Pentecostés. Lo cual indica su apertura a la
gracia del Espíritu Santo. Inspiradora de dos congregaciones: Congregación del
Santísimo Redentor o Misioneros Redentoristas, la cual fundó san Alfonso María
de Ligorio el 9 de noviembre de 1732; y de la Congregación del Santísimo
Sacramento, cuyo fundador fue el P. Vicente Mannarini. Dios iluminó a sor María
Celeste para la fundación de san Alfonso. Es decir, como un doble instituto en
que sus miembros se dedicaran a la vida contemplativa y misionera a través del
quehacer apostólico; y reflejar al mundo la ´viva memoria del Redentor´. Fue
así que en sus inicios la fundación se conformó en dos ramas: una de varones,
de vida apostólica, anunciando la redención copiosa; la otra, de mujeres,
entregándose a la contemplación. Sor María Celeste cuenta sobre la inspiración
que ella recibió para que se fundara la Congregación del Santísimo Redentor:
´´Cómo el Señor me reveló que quería se fundase la Congregación de los hombres
de la misma Regla´´.
Como escritora, sor María Celeste es
considerada y con mucha razón de sobra, como escritora prolífica. El P. Emilio
Lage, de la provincia de Madrid y ferviente devoto de la venerable sor María
Celeste, en el volumen V de la obra ´Espiritualidad Redentorista´, nos ofrece
una información resumida de los valiosos escritos de esta gran mujer. Leamos
detenidamente el listado que nos proporciona el padre Lage:
´´1.
Instituto y Reglas del Santísimo Salvador. Se conservan seis códices, dos de
ellos autógrafos de sor Mª Celeste.
2.
Autobiografía. Son 141 páginas, escritas
en Foggia, después de 1750, en las que sor Mª Celeste recuerda toda su vida
centrada en su vocación de fundadora.
3.
Diálogos del alma (Trattenimenti). Son
152 páginas escritas en su mayoría en los años de Scala, 1724 a 1733; el resto
lo escribió en Roccapiemonte en 1737-1738, excepto las últimas páginas escritas
en Foggia anotando al final: «Hoy, 10 del mes de septiembre de 1751». Los Diálogos son como un diario o cuaderno de
confidencias espirituales, usando la forma de diálogo entre el alma y el
Esposo.
4.
Los grados de oración. Sor Mª Celeste expone su experiencia mística de la
oración describiendo 16 grados o peldaños de la «mística escala» por la que se
sube de la tierra al cielo. Comprende 132 páginas. El libro fue escrito en Foggia.
5.
Ejercicio de amor de Dios. El título
completo anunciaba una meditación para todos los días del año, sobre el
evangelio de san Mateo. En realidad son
sólo 193 meditaciones, casi todas sobre textos de san Mateo, san Lucas y san
Juan, algunas sobre el Génesis y el Cantar de los Cantares y algunas sin texto
bíblico. Fue escrito parte en
Pareti-Roccapiemonte (1733-1737), parte en los últimos años de Foggia.
6.
Ejercicio de amor para la Cuaresma. Son 53 páginas con 50 meditaciones sobre la
Pasión. Excepto la primera, todas comienzan con un texto de los capítulos 18 y
19 de San Juan. Fue escrito en los últimos años de Foggia.
7.
Meditaciones de Adviento. Son 77 meditaciones, siguiendo a Lucas y Mateo desde la Anunciación hasta la vocación de
Pedro y Andrés. Fue escrito también en
los últimos años de Foggia.
8.
Jardín interior (Giardinetto). Esta obra, de la que hasta hace pocos años solo
se conocía una parte en una copia no autógrafa, es la más extensa. A lo largo de casi 600 páginas sor Mª Celeste
comenta los relatos de la infancia de Cristo según Lucas y Mateo y los
capítulos 1 y 12 de san Juan, intercalando algunas meditaciones sobre textos
del Cantar y del Apocalipsis.
Otros escritos más breves, pero no de
menor densidad espiritual, son los Ejercicios Espirituales (dos series), la
Novena de Navidad, las Canciones espirituales, las Siete reglas espirituales, y
un folleto de oraciones con el título de Libro de ejercicios espirituales
devotos. Se conservan 27 Cartas de las cuales 15 fueron dirigidas a san
Alfonso´´.
Como vemos, indudablemente, sor María
Celeste escribió con gran destreza, que con justicia mayor, puede ser
considerada una de las mejores plumas del Reino de Nápoles del siglo XVIII.
Pero no solo corrió mucha tinta en los papeles que con gran delicadeza tomaba
en sus manos la Crostarosa; con la tinta corrió también como una cascada su
recia espiritualidad, que hicieron de sor María Celeste mujer de una sola pieza
y aplomada en el misterio de Cristo: nacimiento, pasión, muerte y resurrección.
Su recia personalidad y espiritualidad la hacen merecedora de las palabras
dedicadas a ella en un escrito muy interesante: ´´Una mujer fuerte y tierna a
la vez, devorada por el fuego del Espíritu´´.
La espiritualidad de María Celeste nos
enriquece a todos. Enriquece a la gran familia redentorista. El acontecimiento
de su beatificación es bendición y renovación en el carisma de la familia de
san Alfonso María de Ligorio. El padre general de la congregación del Santísimo
Redentor, Michael Brehl, ha escrito: ´´La Beatificación de la Madre María
Celeste Crostarosa es muy importante para todos los que compartimos el carisma,
la tradición y la espiritualidad del Santísimo Redentor. En comunión con la
Madre María Celeste, ruego que este gran acontecimiento sea ocasión de muchas
bendiciones y de renovación espiritual en la Orden y en la Congregación. Que
María, nuestra Madre del Perpetuo Socorro, siga acompañándonos en nuestra
vocación de vivir y anunciar la “Copiosa Redemptio”, como “Viva Memoria” del
Redentor´´. En uno de los abundantes escritos sobre sor María Celeste
Crostarosa, se lee que ella ´´hizo carne el proyecto contemplativo
redentorista´´.
El P. Emilio Lage, en el capítulo II del
volumen V de la colección ´Espiritualidad Redentorista´, nos habla de la
doctrina espiritual de sor María Celeste Crostarosa. En su doctrina, dice el P.
Lage, sor María Celeste coloca a Dios como el personaje central, y como
personaje secundario lo ocupa el alma. En los escritos espirituales de sor
María Celeste, hay una fórmula: ´viva memoria´, la cual resume las Reglas y su
doctrina espiritual.
¿Qué significa en el lenguaje espiritual
crostarosiano la fórmula ´viva memoria´? Escuchemos a Emilio Lage: ´´Viva memoria significa ser y
tener un recuerdo vivo de Cristo. Ser un vivo recuerdo: por la transformación
del Espíritu Santo realiza en las almas convirtiéndolas en imágenes vivas,
retratos animados del Hijo. La vida comunitaria en unión de amor hace visible
la presencia de Cristo en la comunidad, porque Cristo hoy, por medio de las
almas en las que vive vida de amor, sigue haciendo las obras de amor que hizo
durante su vida terrena, cuando era
´viador´ en este mundo´´.
Con su vida y sus obras escritas, sor
María Celeste Crostarosa se convirtió en una auténtica maestra espiritual. San
Gerardo María Mayela, gran santo de la Iglesia, frecuentaba el monasterio de
Foggia para visitar a su madre espiritual sor María Celeste. El caso es que
cuando el santo de Materdomini regresaba
de Foggia, lo hacía con gran fervor y grandes deseos de unirse más a
Jesucristo. Sor María Celeste mantuvo siempre óptimas relaciones con sus amigos
de Scala, entre ellos san Alfonso María de Ligorio, quien conversaba largamente
con esta venerable mujer. Sin duda alguna, podemos hablar de una
espiritualidad ´crostarosiana´ sin temor
alguno. Una espiritualidad válida para los religiosos y laicos de ayer, hoy y
siempre.
Sor María Celeste Crostarosa realizó su
viaje hacia la Casa del Padre, cerrando sus ojos a este mundo, para abrirlos en
la eternidad, en Foggia, a los 58 años de edad, un 14 de septiembre de 1755,
día domingo, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, siendo aclamada por el
pueblo santo de Dios como “la santa priora”. El P. Laurentino Miguélez,
historiador de la provincia de México, en su libro Los Redentoristas. Veinte
lecturas sobre su historia, dice que sor María Celeste murió así: ´´Fue fiel a
su vocación fundando y dirigiendo un monasterio con las mismas características
que había previsto para el de Scala´´. María Celeste Crostarosa, al momento de
su tránsito a la eternidad, agoniza escuchando la Pasión según san Juan. En una
de las biografías sobre sor María Celeste, leemos que ella expiró al momento de
escuchar las palabras ´todo está cumplido´. Eran las tres de la tarde de ese 14
de septiembre. Así ella configuró su
vida con el Redentor y fue toda su vida ´viva memoria´ de Cristo Redentor.
Que la beata María Celeste Crostarosa,
sea para la gran familia redentorista, motivo y ocasión para llenarnos del
Espíritu Santo, arropados bajo el tierno y dulce manto de la Virgen María del
Perpetuo Socorro, y seamos todos, padres y madres redentoristas, ´viva memoria´
de Jesucristo Redentor del mundo.
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